PARÍS (06 Junio 2014).- Los presidentes de Estados
Unidos, Barack Obama, y Rusia, Vladímir Putin, se evitaron este jueves pese a
coincidir en París por las conmemoraciones del desembarco de Normandía, pero se
enviaron mensajes sobre la crisis de Ucrania, el asunto que en estos momentos
centra sus discrepancias.
El jefe del Estado francés, François Hollande, como
anfitrión, tuvo que hacer equilibrios e invitarlos a cenar por separado con dos
horas de diferencia: a Obama en un restaurante cerca de la avenida de los
Campos Elíseos y a Putin en un marco mucho más formal, el Palacio del Elíseo,
sede de la presidencia francesa.
Quienes sí aceptaron reunirse fueron los jefes de
las diplomacias de Estados Unidos, John Kerry, y de Rusia, Serguéi Lavrov, que
con términos medidos reafirmaron sus posiciones sobre Ucrania.
Kerry dijo que esperaba que sus discusiones con
Lavrov fueran una oportunidad para conseguir una Ucrania "fuerte
económicamente, con una soberanía respetada, con una independencia
respetada", que no sea "el peón en un tira y afloja entre otras
naciones, sino un país independiente, soberano, con integridad de sus fronteras
y de su población, capaz de actuar como un puente entre el este y el
oeste".
El ministro ruso de Exteriores, por su parte,
expresó su preferencia por una Ucrania "pacífica" y
"estable" en la que todos sus habitantes "se sientan
iguales", sean "respetados" y "escuchados", en clara alusión
a los prorrusos del este del país.
Obama, durante la cumbre del G7 que se celebró hasta
este jueves en Bruselas, instó al mandatario ruso a que "aproveche la
oportunidad" para reconducir la crisis en Ucrania, lo que pasa por
reconocer y negociar directamente con el presidente electo, Petró Poroshenko,
"el legítimo líder".
Hollande ha invitado a los actos conmemorativos del
70 aniversario del desembarco de Normandía a Poroshenko, en un gesto que no se
limita a un reconocimiento histórico por el papel de los ucranianos que
combatieron a los nazis en el Ejército soviético, sino que puede abrir las
puertas a un encuentro con Putin.
No obstante, fuentes del Elíseo citadas por la
cadena BFM TV reconocieron que no esperan "avances espectaculares".
El hecho de que Obama y Putin acudan a las ceremonias
conmemorativas del desembarco, en las que mañana estarán dirigentes de una
veintena de países, "ya es de por sí importante", comentó un portavoz
de la presidencia francesa
La crisis ucraniana también es objeto de algunas
fricciones entre Washington y París por la venta de dos buques militares
construidos por Francia a Rusia.
El Gobierno francés ha decidido no suspender por el
momento el contrato con Rusia en espera de que las relaciones con los
occidentales se normalicen de aquí a octubre próximo, cuando está prevista la
entrega del primero de esos barcos, de tipo Mistral.
Al respecto, Obama, horas antes de llegar a París,
quiso dejar claro públicamente que le "preocupan los acuerdos en el ámbito
de defensa con Rusia que pudieran violar la legislación internacional y la
soberanía e integridad territorial de sus vecinos".
Hollande había adelantado, por su parte, que
abordaría con Obama el contencioso por el banco francés BNP Paribas, que según
las filtraciones podría ser condenado por la justicia estadounidense a una
multa de 10.000 millones de dólares (unos 7.400 millones de euros) y a
suspender ciertas actividades en Estados Unidos.
El jefe del Estado francés y varios miembros de su
Gobierno han considerado estos días que esas sanciones serían
"desproporcionadas" por unas transacciones en dólares realizadas por
BNP Paribas con países objeto de embargo internacional que no infringían la
normativa francesa o europea.
Esa insistencia ha ido acompañada de la advertencia
de que si finalmente se confirmaran esas medidas "injustas" por su
dimensión, que podrían amenazar la capacidad de acción de la primera entidad
financiera de la zona euro, ello tendría consecuencias en la negociación sobre
el acuerdo de libre cambio entre Estados Unidos y la Unión Europea.
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