MOSCÚ (17 Julio 2014).- El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, dijo que
una política exterior de EE. UU. y la Unión Europea basada en las sanciones
puede retrotraer las relaciones de Moscú con Occidente a los años 80 del siglo
pasado, la última fase de la confrontación política, económica y militar
conocida como Guerra Fría.
"Si éste es el objetivo de nuestros socios
occidentales, pronto lo lograrán", subrayó Medvédev en una reunión de su
Gobierno, al que adelantó que las sanciones adoptadas por Estados Unidos contra
algunos de los principales bancos y empresas rusas obligan a prestar más
atención a los gastos en defensa y seguridad nacional del país. (Lea también:
EE. UU. impone las sanciones más duras contra Rusia por Ucrania).
Las presiones a Rusia "no pueden no tener un
reflejo en nuestra política presupuestaria. (...) Debemos prestar más atención
a los gastos destinados a la defensa y la seguridad nacional", afirmó.
Medvédev no dudó además en calificar de
"ilegales" las medidas económicas aprobadas por Washington, toda vez
que "no están fundamentadas en decisiones de la ONU, y son por tanto
adoptadas de manera arbitraria".
El primer ministro ruso también recordó que las
sanciones de Estados Unidos afectan "a grandes colectivos (de
trabajadores) de los sectores de defensa, energía y algunos bancos" y como
consecuencia "incentivarán el incremento de los ánimos antiestadounidenses
y antieuropeos".
"Se consolidará la unidad de la sociedad rusa
contra aquellos países y personas que intentan poner trabas a nuestro país y
actuar en contra de los intereses de sus ciudadanos", recalcó Medvédev.
El Gobierno de EE.UU. anunció este miércoles nuevas
medidas de castigo contra Rusia, dirigidas en esta ocasión contra algunas de
las empresas públicas más importantes de este país, entre ellas los bancos
Gazprombank y Vnesheconombank y las energéticas Rosneft y Novatek, cuyas
acciones sufrieron hoy caídas por encima del 5 por ciento.
"Se trata de un intento primitivo de vengar el
hecho de que los acontecimientos en Ucrania no se desarrollen según el guión de
Washington", señaló un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores
ruso.
La cancillería rusa acusó a la Casa Blanca de
"instigar de facto el derramamiento de sangre" en el este de Ucrania
al legitimar una vez más con su política las acciones militares emprendidas por
Kiev para reprimir la sublevación prorrusa en las regiones de Donetsk y
Lugansk.
"La indignante e infundada pretensión de cargar
sobre Rusia toda la culpa por la guerra civil, consecuencia de una grave crisis
interna que ya ha llevado a numerosas víctimas, demuestra el fracaso de la
estrategia de EE. UU. y de sus clientes en Kiev para apaciguar por la fuerza el
amplio descontento popular" en el este de Ucrania, subraya la diplomacia
rusa.
El viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Riabkov,
advirtió que Rusia responderá tarde o temprano a las sanciones estadounidenses
y tomará "medidas que sentarán bastante mal en Washington".
"Washington debe ser consciente del perjuicio
que ocasionan estos métodos no solo para las relaciones con Rusia, sino también
para los intereses políticos y económicos externos de los propios Estados
Unidos", señaló Riabkov.
También la Unión Europea amplió este miércoles,
durante la cumbre de sus líderes en Bruselas, el segundo paquete de sanciones
contra Moscú por el papel que le atribuyen en la crisis de Ucrania y abrió la
puerta a medidas de alcance económico contra empresas rusas.
"Estamos decepcionados con la Unión Europea,
por haber cedido -en contra de sus propios intereses- al chantaje de la
administración estadounidense para ir por la vía de las sanciones contra
Rusia", reaccionó la diplomacia rusa.
La cancillería rusa denunció que Bruselas, al igual
que Washington, "culpa de todos los males a aquellos que se esfuerzan
realmente por rebajar la tensión en Ucrania, y al mismo tiempo silencia hechos
como la huida de refugiados desde Ucrania a Rusia, el cañoneo de territorio
ruso y otras provocaciones antirrusas" que provienen de Kiev.
Los líderes de los Veintiocho acordaron
"expandir las medidas restrictivas dirigidas a entidades, incluidas de la
Federación Rusa, que apoyan material o financieramente acciones que minan o
amenazan la soberanía, integridad territorial e independencia de Ucrania".
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