SANTO DOMINGO, República Dominicana (20 Agosto
2014).- Cientos 120 años se arriban este martes 20 de agosto, de la asunción a
la presidencia de Alemania de Adolf Hitler.
Hitler se instaló en el poder cuando contaba con 45
años de edad, durante un período de crisis económica, social y política,
acentuada por los efectos de la Gran Depresión de 1929 y el descontento y
frustración popular en Alemania consecuencia de la derrota en la Primera Guerra
Mundial.
A lo largo de su mandato político utilizó la
propaganda estatal y su carismática oratoria para persuadir a las masas,
enfatizando su oposición al Tratado de Versalles de 1919, al pueblo judío, al
pacifismo y al comunismo internacional, particularmente el
soviético-bolchevique, y al mismo tiempo resaltando el nacionalismo alemán, el
militarismo, el racismo, la llamada preservación de la raza aria, el
pangermanismo y la anexión o recuperación armada de territorios europeos
perdidos luego de la Primera Guerra Mundial por el Imperio Alemán.
Adolf Hitlera, nacido el 20 de abril de 1889 en
Braunau
am Inn, Imperio austrohúngaro, fue el presidente y canciller de Alemania entre
1933 y 1945.
Llevó al poder al Partido Nacionalsocialista Obrero
Alemán o Partido Nazi,b y lideró un régimen totalitario durante el periodo
conocido como Tercer Reich o Alemania nazi.
Además, Hitler dirigió a Alemania durante la Segunda
Guerra Mundial, iniciada por él con el propósito principal de cumplir sus
planes expansionistas en Europa.
Hitler se afilió al Partido Obrero Alemán, precursor
del partido nazi (NSDAP), en 1919 y se convirtió en líder de este en 1921. En
1923, tras el pronunciamiento en el pub Bürgerbräukeller de Múnich, Hitler
intenta una insurrección, conocida como el Putsch de Múnich. La insurrección
fracasa y Hitler es condenado a cinco años de prisión. Durante su estancia en
la cárcel redacta la primera parte de su libro Mein Kampf (Mi Lucha) en el cual
expone su ideología junto con elementos autobiográficos. Liberado ocho meses
después, en 1924, Hitler consigue obtener creciente apoyo popular mediante la
exaltación del pangermanismo, el antisemitismo y el anticomunismo, sirviéndose
de su talento oratorio apoyado por la eficiente propaganda nazi y las
concentraciones de masas cargadas de simbolismo.
Fue nombrado Canciller Imperial (Reichskanzler) en
enero de 1933. Transformó la República de Weimar en el Tercer Reich y gobernó
con un partido único (NSDAP) basado en el totalitarismo y la autocracia de la
ideología nazi.
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