Sylvester Stallone ya había sorprendido cuando se
reunió con Arnold Schwarzenegger para filmar la primera película de The
Expendables junto a Bruce Willis. En la segunda producción agregaron más humor
y más famosos de acción, como Chuck Norris y Jean-Claude Van Damme. Ahora
vuelven con un mejor argumento y mejores estrellas. Además se integran al
elenco Harrison Ford y Antonio Banderas. Pero el nuevo rival superfamoso de
Sylvester Stallone es nada menos que Mel Gibson. Y mientras el cine los separa,
nosotros pudimos reunirlos en una misma entrevista.
¿Se dan
cuenta de lo importante que puede ser para algunos fans verlos juntos en una
misma película?
Mel Gibson: Somos como King Kong vs. Gozilla.
Sylvester Stallone: Exacto, como la criatura que se
come al monstruo.
Y en medio del rodaje de las escenas de acción, ¿no
se les escapó algún golpe de verdad?
S.S.: Hubo cierto contacto y a veces te lastimas. El
agua también estaba congelada y dolía repetir ciertas escenas, pero había que
hacerlo. Hace tiempo quería trabajar con él. Mel es un gran atleta, muy rápido
y muy fuerte. Fue genial recibir golpes de él. Muchas gracias, lo agradezco
(risas).
M.G.:
Vamos... no hubo ningún contacto. Fue como las escenas de sexo en el cine.
S.S.: Es un tremendo mentiroso.
M.G.: Bueno, Sly (Stallone) está luchando contra la
artritis... pero fue divertido. Y fue más divertido que me llenara de agujeros
con tantos disparos.
S.S.: Tal cual. ¿A alguien le gusta quedar como un
queso gruyere? Fue fatal.
Y en una era de tanta sensibilidad con la violencia,
¿hasta qué punto consideran bueno hacer una película de acción que sea tan
violenta como la realidad?
S.S.: Este es un tema muy sensible y realmente no
tengo una buena respuesta, porque todo es parte de un mito que también se está
formando. Realmente no sé. Tratamos de mostrar una fantasía, no hay nada real.
A veces, ciertas películas se vuelven tan reales que uno puede pensar que la
gente hará algo parecido. Pero no hay demasiada gente que pueda hacer lo que
hacemos nosotros en The Expendables.
¿Cómo reaccionó Mel Gibson la primera vez que leyó
el guión?
M.G.: La primera vez me sorprendió estar tan
involucrado en la historia. Había muchos personajes que no sabía cómo iban a
terminar, pero de alguna forma logramos que todos recibieran algo de justicia.
En ese sentido, tengo que sacarme el sombrero ante Sylvester por haberlo
logrado. No lo leí pensando que yo era el villano. De hecho, ni siquiera sabía
que era el malo hasta que vi la película anoche... (risas).
S.S.: Ahora que terminamos, puedo decirte que
siempre fuiste el malo de la película.
M.G.: Yo pensé que Dolph Lundgren era el malo
(risas). Me sorprendió, y de hecho estoy un poco ofendido.
Hablando un poco en serio, ¿Sylvester Stallone
escribió la historia tal cual como la vemos en cine o Mel agregó algo?
S.S.: Yo escribí una guía y Mel trajo una buena
idea.
M.G.: Trabajé un poco con el guión y martillé unas
páginas que le mostré a Sly, y cuando las vio, le gustaron.
¿Conocían a Harrison Ford?
S.S.: Uy, con Harrison (Ford) nos conocimos en 1977,
en Columbus Circle (Nueva York), cuando los dos nos preguntábamos si íbamos a
durar en la actuación. Harrison es muy inteligente y muy, pero muy gracioso.
También trabajó con su personaje, quería hacer algo muy personal. No son
personas a las que se les puede decir que no cambien nada del guión. No. Él
trabajó bastante. Nunca pensé que podíamos llegar a trabajar juntos, pero esta
película nos acercó mucho.
¿Y es cierto que habían invitado también a Jackie
Chan?
S.S.: Sí, Jackie estuvo invitado, pero hubo
problemas de agenda. Estaba demasiado ocupado con su vida normal. Tiene
demasiados negocios y en China lo aman tanto que literalmente no tenía tres o
cuatro días libres para trabajar con nosotros. Pero ya lo vamos a tener en la
próxima, no te preocupes. Es un buen amigo.
¿Y qué pasó con Bruce Willis realmente?
S.S.: Bueno, las cosas no funcionaron y después se
sumó Harrison Ford. Son cosas que pasan en el cine. Así funciona. Se vio como
si hubiera sido algo personal y lamento si sonó así. Creo que Bruce Willis es
una gran persona y es fantástico en el cine cuando le va bien.
¿Piensan ganarle en las recaudaciones cuando ‘The
Expendables’ tenga que competir con Bruce Willis y ‘Sin City 2’?
S.S.: ¿Frente a Sin City? Tengo que hacerlo pedazos
(risas).
¿Alguna vez se intimidan al conocer a grandes
estrellas como ustedes?
S.S.:
Recuerdo la primera vez que vine a Hollywood; era muy joven y me subí a un
elevador donde estaba Paul Newman. No estaba preparado para algo así. Uno piensa
que lo está, pero no. Y después, a veces pensamos si ellos sentirán lo mismo
sobre nosotros. Seguro sí. La primera vez que entré a un lugar donde estaba
John Wayne, nunca lo voy a olvidar. Yo tenía un esmoquin alquilado, todavía
tengo la foto, con un estúpido moño, para el People’s Choice Award. Y cuando lo
vi, se me acercó diciendo: “Hola, mi nombre es John Wayne y quiero darte la
bienvenida a este negocio”. No lo podía creer.
M.G.: Por lo general, la gente se para en cuatro
esquinas y nos miramos pensando “no me hables porque no sé qué decir”. Los
actores, por regla general, tendemos a ser muy tímidos. No somos muy
demostrativos. Es igual con los cómicos.
S.S.: Por eso
fue genial trabajar también con actores jóvenes, porque sé lo que están
pasando. Podíamos sentir el entusiasmo y los nervios. A Ronda Rousey la quise
desde que la vi en Jump Street, sabía que podía ser una estrella. Lo sabía. Y
es tan buena que ni siquiera se le notaron los nervios que tenía en el rodaje.
Trabajamos con gente muy talentosa y fue genial estar en la cocina para
mezclarlos bien.
¿Y cuántas películas más de ‘The Expendables’
piensan filmar? ¿Se puede imaginar una futura versión de la película... sin
Stallone?
S.S.: No, no, no, no, no. Después de la quinta
película, uno ya empieza a ser más dependiente, más pendable que expendable.
Hay que seguir.
Pero en el guión de esta película, Arnold
Schwarzenegger habla del tema de la jubilación. ¿Nunca lo pensó en la realidad?
S.S.: Yo no estoy listo para quedarme en casa
sentado doce horas al día. Todavía no. Voy a seguir hasta que me saquen del
escenario. Los actores no queremos retirarnos. Por lo general los fuerzan a
retirarse. Es algo muy triste porque con el paso del tiempo uno mejora. A lo
mejor uno no se acuerda tan bien de los diálogos, pero los que se recuerdan
salen muy buenos (risas). Yo siempre digo que el artista muere dos veces. La
primera muerte es la más dura, porque es cuando la carrera muere. La muerte
física es inevitable, por eso pienso que todos deberíamos seguir y es lo que
está pasando. El género se está abriendo cada vez más y la televisión también
genera carreras alternativas, como un segundo acto para las carreras de los
actores adultos.
¿La edad tiene que ver con la mentalidad de cada
uno?
S.S.: La edad es una mentalidad de viejos. Llega un
punto donde uno se vuelve tan viejo que nos olvidamos de la edad que tenemos.
Así es la vida.
¿Y Mel Gibson? ¿Ya se retiró o lo vamos a ver de
nuevo dirigiendo?
M.G.: ¡Ah, sí! Para mí, dirigir cine es lo más
divertido. Es lo que más quiero hacer. Tengo algunos fierros en el fuego,
aunque no puedo hablar demasiado, porque enseguida alguien sale a robarte la
idea y termina en televisión o algo parecido. Pero está bien. También puedo
dirigir televisión. Lo tengo en mente.
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