Comenzó cumbre de obispos católicos para deliberar acogida a divorciados y gais
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CIUDAD DEL VATICANO (6 Octubre 2014).- El Sínodo
extraordinario sobre la familia comenzó este lunes con la petición del papa
Francisco a los obispos a expresarse con libertad y humildad y con la
afirmación en el documento base de que es necesario que la Iglesia no
discrimine a divorciados o a los gais.
Desde hoy y durante toda la semana, en el Aula del
Sínodo en el Vaticano, los 253 participantes en esta asamblea expondrán sus
posiciones sobre temas relacionados con la familia, para después en la semana
siguiente elaborar un documento conjunto con las conclusiones.
La mañana de este lunes estuvo dedicada a las
presentaciones de este Sínodo, que será novedoso tanto en su preparación como
en la metodología, y que ha creado gran expectación por ser temas que tocan de
cerca a los fieles católicos.
Francisco dejó claro hoy en su intervención que
quiere que todos hablen con libertad y digan lo que sientan, pero también
respetando las opiniones de los demás.
Según Francisco, en el consistorio de cardenales de
febrero, uno de los prelados le escribió para decirle que algunos no
"habían tenido el valor de decir todo lo que pensaban, al creer que el
papa pensaba de manera diferente a ellos".
Y por ello, indicó que "esto no está
bien", y que una verdadera "sinodalidad" es "hablar
claro" y "decir todo lo que se siente", pero al mismo tiempo
"acoger con el corazón abierto lo que dicen el resto de hermanos".
El debate no será público y sólo se conocerán los
temas tratados, pero en la "relatio disceptationem", texto que
engloba las posiciones de partida y que fue leído hoy, se declaró que una
posición común es que "los divorciados pertenecen a la Iglesia y no hay
que discriminar a los homosexuales".
En el texto introductorio, que fue leído por el
relator general del Sínodo y presidente de los obispos europeos, el húngaro
Peter Erdo, se constata que existe un amplio consenso "respecto al hecho
de que las personas de tendencia homosexual no deben ser discriminadas, como
recalca también el Catecismo de la Iglesia Católica".
Pero también que "no se espera una equiparación
de estas relaciones (homosexuales) con el matrimonio entre hombre y
mujer".
Otro de los temas más controvertidos que se
afrontará será el de los divorciados que se han vuelto a casar, pero de la
relación introductoria de hoy surgió que "es uno de los desafíos
pastorales más apremiantes" y que "la pastoral de la Iglesia debería
hacerse cargo de estas personas de modo particular".
"Los divorciados vueltos a casar por lo civil
pertenecen a la Iglesia. Necesitan ser acompañados por sus pastores y tienen
derecho a ello. Se les invita a escuchar la palabra de Dios, a participar en la
liturgia de la Iglesia, en la oración y a realizar obras buenas de
caridad", se afirma.
"La pastoral de la Iglesia debe cuidarles de
una forma muy particular, teniendo presente la situación de cada uno",
según la introducción a los trabajos leída por Erdo.
En una rueda de prensa tras las reuniones de la
mañana, el secretario general del Sínodo, Bruno Forte, explicó que "espera
que en estas reuniones se realice una aproximación a los temas con ternura,
pues hablar de divorciados en abstracto es fácil, pero hay que tener en cuenta que
existe mucho sufrimiento detrás de todo ello".
"Si encuentras a estas personas, entiendes su
sufrimiento y por tanto hace falta ternura y misericordia en la doctrina",
opinó Forte.
Aunque aún no se ha entrado en detalle sobre la
posibilidad de que los divorciados que se casan de nuevo puedan volver a
recibir los sacramentos, esto será sin duda uno de los objetos más
controvertidos del debate.
En este texto también se explicó que otro de los
temas que se afrontarán será la violencia en familia y que "son las
mujeres y los niños quienes sufren violencia y abusos", así como otros
factores "como el alcohol, las drogas, el juego de azar, la pornografía u
otras formas de dependencia sexual y de las redes sociales".
También intervino en la rueda de prensa, el presidente
de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM), el arzobispo Carlos
Aguiar Retes, quien declaró que para América Latina también será importante el
debate sobre los problemas de la inmigración para las familias, que son un
drama en la región.
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