MONTEVIDEO (13 Diciembre 2014).- Cinco de los seis
presos de la prisión estadounidense de Guantánamo que llegaron hace unos días
como refugiados a Uruguay, abandonaron el jueves el Hospital Militar y ya se
encuentran en su nuevo hogar.
Ayer, varios de los liberados salieron a caminar
durante unos 40 minutos la ciudad, y se dejaron fotografiar mostrando su nuevo
aspecto. "Estamos muy felices de estar aquí", dijo Ali al-Shaaban,
uno de los ex reclusos.
Llegaron como refugiados, y como tales el Estado
uruguayo les brindará identidad. Así, con cédula que otorga la Dirección
Nacional de Identificación Civil, los ex reclusos de la cárcel norteamericana
de Guantánamo continúan su inserción en la sociedad de Uruguay. El propio
ministro del Interior, Eduardo Bonomi, se refirió muy escuetamente a la entrega
del documento de identidad. "Van a sacar la cédula uruguaya a partir del
estatus de refugiados", dijo Bonomi a los medios de la capital uruguaya.
Nueva
identidad y aspecto renovado
Con nueva identidad y con renovado aspecto físico
-todos con la barba afeitada y el pelo corto-, los refugiados también contarán
con seguridad especial como forma de proteger sus derechos.
"Se les va a
prestar la mayor seguridad a ellos", señaló el ministro Bonomi al anunciar
la custodia policial. Quien también abordó el tema fue el director de la
Institución Nacional de Derechos Humanos, Juan Faropa, en Canal 10 de
Montevideo.
"Se partía de la base que estas personas ingresaban al país
con estatus de refugiados y no tenían más ni menos derechos que los que tienen
ese estatus. Por ser habitantes del territorio de la República deben ver
contemplados todos sus derechos humanos y es la función que podría tener la
Institución en caso de que surgiera alguna complicación, si hay violación de
los derechos de estas personas o cualquier habitante del territorio. Hasta la
fecha no hemos tenido la oportunidad de intervenir".
A partir del alta médica en el Hospital Militar para
los refugiados, comienza un proceso donde la información será sumamente acotada
a partir de la necesaria protección de detalles sobre ubicación, situación
laboral, residencia, etcétera. "El tema es ponderar la necesaria
información que se debe brindar a la población sobre la situación de estas personas,
y por otro lado entender que, como cualquier habitante, tienen el mismo derecho
a que sea garantizada su intimidad, su libertad de movimientos, y en el caso
que las autoridades competentes entiendan pertinente como pasa con otras
personas que viven en el país y que si requieren algún tipo de protección
especial se les puede brindar", añadió Faropa.
El sexto de los reclusos guarda una situación
sanitaria más delicada que sus ex compañeros de encierro en Guantánamo, por lo
que aún prosigue su tratamiento, a la espera de una pronta recuperación. Apenas
su estado físico se lo permita, también se insertará en la sociedad uruguaya.
Por
DINO CAPELLI/El Mundo
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