FRÁNCFORT DEL MENO (22 Enero 2015).- El Banco
Central Europeo (BCE) ha anunciado este jueves una medida histórica: la puesta
en marcha de un programa de expansión cuantitativa o, en otras palabras, la
compra de eurobonos. Según los expertos, la decisión no traerá nada bueno.
El esquema es el mismo que aplicó en su momento el
Sistema de Reserva Federal para EE.UU. El programa aprobado prevé que el BCE
compre los títulos de deuda tanto pública como empresarial más solventes de
cada país, permitiendo de este modo a los inversores poner sus ahorros en otros
activos de mayor riesgo. La meta es inyectar dinero a la economía real y animar
a consumidores y empresas a gastar.
Dos
motivos por los que no habrá un efecto positivo
Esta medida solo "busca ganar tiempo",
aseguró a RT el economista Santiago Niño-Becerra. "Efectos positivos yo
creo que va a tener muy pocos. Por dos motivos. En primer lugar, porque Europa
no es EE.UU.; y en segundo lugar, porque básicamente este dinero se va a
utilizar para aligerar la deuda pública", comentó.
Desde su punto de vista, no es casual que esta
medida no se haya puesto en marcha antes. Europa "es un mosaico de
Estados" con legislaciones distintas y sin una política fiscal homogénea,
explicó. "Yo pienso que es justo al revés. Si ahora se va a poner en
marcha esta medida, es porque la economía europea realmente está muy mal",
opinó.
El programa del BCE estará vigente durante, al
menos, un año y medio y supondrá un total de 1,14 billones de euros repartidos
en pagos mensuales de 60.000 millones hasta septiembre de 2016. De momento no
está claro el esquema preciso: la zona del euro son 19 mercados distintos con
distintos grados de nivel de riesgo, con lo cual la mayor pregunta es cuánto y
de dónde va a comprar el BCE y si serán los bancos centrales de cada país los
que asumirán los riesgos crediticios de la deuda de su Estado.
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