WASHINGTON (30 Julio 2015).- Washington tiene desde
hoy su embajada numero 178. En la calle 16, exactamente a 2,9 kilómetros en
línea recta del edificio más famoso de esa calle: la Casa Blanca. Junto a una
logia masónica. Y frente a la antigua residencia del Embajador de España, un
edificio construido para ser la residencia del vicepresidente de Estados
Unidos.
No es la embajada de un nuevo país, sino la de una
nación que nació precisamente como consecuencia de una intervención militar de
Estados Unidos contra su antigua potencia colonial: Cuba. Porque, después de 54
años, la bandera cubana vuelve a ondear hoy en el edificio de la embajada de
ese país. Fue izada hoy, a las 10 y media de la mañana, hora local, en una
ceremonia presidida por el ministro de Asuntos Exteriores cubano, Bruno
Rodríguez.
Unas 500 personas asistieron al acto, que fue
seguido de una recepción. La mayor parte de los invitados son cubano-americanos
y estadounidenses que han sido favorables a la normalización de relaciones,
además de una representación del régimen cubano. A primera hora de la tarde,
hora de Washington, está prevista una reunión bilateral entre el secretario de
Estado de EEUU, John Kerry, y Rodríguez. Se espera que a finales del mes que
viene Kerry viaje a Cuba para presidir una ceremonia similar en la nueva
embajada de EEUU en La Habana.
Ha sido un acto sencillo en el patio de entrada a la
embajada. Frente a ella, en la calle, varios cientos de personas-sin contar periodistas-coreaban
eslóganes a favor de Cuba. Muchos de ellos eran cubano-americanos que defienden
el final del embargo. Los representantes de la oposición a Raúl y Fidel Castro
-los hermanos que gobiernan Cuba desde 1959- parecían claramente minoría. Hubo
solo un incidente, cuando un opositor que llevaba sus ropas teñidas de rojo
simulando sangre fue detenido por las fuerzas de seguridad a la entrada del
edificio. A su lado, un grupo de inmigrantes centroamericanos se manifestaba a
favor de Raúl y Fidel Castro.
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