CRISIS VENEZOLANA: LEONEL FERNÁNDEZ TIENE A SU CARGO COORDINACIÓN EQUIPO DE ECONOMÍA
CARACAS (20 Mayo 2016).- Un grupo de expresidentes, bajo la
iniciativa de la Unión de Naciones Suramericanas, inició acciones para activar
en Venezuela un gran diálogo nacional y definir un plan para enfrentar la
crisis económica que padece el país suramericano.
Los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero de
España y Leonel Fernández de República Dominicana anunciaron el jueves que bajo
el apoyo de Unasur iniciaron acciones para intentar poner en marcha un proceso
de “diálogo nacional” en Venezuela.
En la comisión internacional también está el
exmandatario panameño Martín Torrijos, quien arribó esta semana el país para
una breve visita.
Rodríguez Zapatero dijo en conferencia de prensa que
el gobierno venezolano y la coalición opositora le expresaron su voluntad de
apoyar esta iniciativa de diálogo.
El ex gobernante español se reunió la víspera con el
mandatario venezolano Nicolás Maduro y la canciller Delcy Rodríguez, y este
jueves sostuvo un encuentro con el presidente y vicepresidente de la Asamblea
Nacional, los diputados Henry Ramos Allup y Enrique Márquez; el dirigente
opositor Henrique Capriles, y el secretario general de la alianza opositora,
Jesús Torrealba, en la sede del Congreso.
Rodríguez Zapatero admitió que ante la situación
política, social y económica que enfrenta Venezuela, el camino que se
transitará para el proceso de diálogo será “largo, duro y difícil”, e implicará
un trabajo “muy intenso”. El político español pidió a la comunidad
internacional el respaldo para los diálogos en Venezuela.
Agregó que espera lograr en un “plazo razonable” el
inicio del diálogo y la definición de una agenda específica de las
conversaciones que abarcarán los problemas sociales, económicos,
institucionales, de convivencia pacífica, de libertades.
Fernández dijo tendrá a su cargo la coordinación de
un equipo económica que trabajará los temas de abastecimiento, reactivación
económica, inflación, y desempleo.
Venezuela está agobiada por una compleja crisis
dominada por una galopante inflación, que se estima podría rondar este año
720%, severos problemas de escasez de alimentos, medicinas y otros bienes
básicos, y una recesión económica que podría agravarse ante el deterioro de los
precios del petróleo, que representan la principal fuente de ingresos por
exportaciones del país. Maduro aprobó la semana pasada un decreto de estado de
excepción y emergencia para enfrentar la crisis que sostiene que es
consecuencia de una “guerra económica” promovida por sectores adversos al
gobierno.
El expresidente dominicano indicó que se promoverá
un diálogo entre el gobierno, integrantes de la alianza opositora, economistas
y representantes del sector privado para recabar los datos necesarios para
“reencausar la economía”.
Los economistas trabajarán en la definición de una
estrategia, que será discutida en el marco del diálogo, que servirá de “carta
de navegación” para la reactivación económica, precisó Fernández.
La coalición de la Mesa de la Unidad Democrática,
que agrupa a más de una veintena de partidos, agradeció a Rodríguez Zapatero
sus acciones, y expresó en un comunicado que “el primer punto de la agenda de
todo proceso de diálogo serio en la Venezuela actual debe ser, precisamente,
como quitar los obstáculos y triquiñuelas que intentan interferir, sabotear o
postergar” el referendo revocatorio contra Maduro.
Asimismo, planteó la importancia de liberar a los
llamados “presos políticos” para brindarle “marco adecuado” al proceso de
diálogo. La oposición indicó que tenía diferencias con Fernández sobre la
crisis económica, y planteó que “en Venezuela no hay solución económica si no
hay cambio político”.
Algunos dirigentes oficialistas descartaron que el
referendo contra el mandatario pueda realizarse en el 2016. La coalición
opositora recolectó el mes pasado más de 1,8 millones de firmas a favor de la
consulta que el Consejo Nacional Electoral está revisando actualmente.
La oposición realizó en las últimas dos semanas tres
movilizaciones en Caracas y otras ciudades para presionar que acelere la
revisión de las firmas. Algunas marchas de la víspera terminaron en
enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que dejaron varios heridos
y detenidos.
Tras las violentas protestas callejeras del 2014,
Unasur trató de impulsar un proceso de diálogo que no prosperó debido a fuertes
divergencias entre las partes.
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