SAN JUAN, Puerto Rico (15 Mayo 2016).- Todo parecía ser calmado en la vida del pintor Jwan
Yosef hasta que comenzó una relación amorosa con el cantante puertorriqueño
Ricky Martin.
Nacido en Siria, criado en Suecia y radicado en
Londres, este artista de 32 años confesó que, a partir de su famosa relación
con Enrique Martín, todo “ha sido asombroso, un cambio muy drástico” en su
rutina.
Desde el taller The Time Bomb Factory, en el barrio
londinense Archway, donde trabaja sus obras, Yosef habló con el diario español
ABC sobre cómo sobrelleva la atención que de pronto se giró hacia él.
“Suscitas de repente un montón de atención, pero ¿es
una atención que te gusta u otra clase de atención? Es muy interesante hasta
ahora”, dijo.
“Pero aprendes muy pronto a no ver esa especie de
circo. Lo que al final ves es a otro hombre y que tienes una relación”,
continuó.
La pareja confirmó su relación al desfilar tomados
de la mano el pasado 15 de abril durante la gala benéfica de la amfAR,
celebrada en Brasil.
Previo a esa aparición, ambos compartieron imágenes
de su viaje a Tokyo, más se les llegó a ver juntos en California y Nueva York.
Compartió que es fruto de una madre cristiana armenia
y un padre musulmán kurdo, y estas creencias religiosas los llevaron a dejar
Siria para buscar una mejor vida familiar en Suecia. “Es que ya estaba allí mi
bisabuela. Fue muy fácil y armonioso todo. Tuvimos suerte. Mis padres y
hermanos siguen viviendo allí”.
Su homosexualidad no le representó un problema
frente a su familia, ni ante los medios. “No importa de dónde vengas, sueco,
americano, árabe, indio, japonés… todo el mundo entiende la sexualidad”.
Formado académicamente en Estocolmo y Londres, el
artista no considera que su obra tenga un matiz político, mas “hay un punto de
vista, y eso es político”.
“Yo soy sirio, vengo de Siria. Pero no me gusta
estrechar mi trabajo solo con una simple declaración política”, sostuvo al
periodista Luis Ventoso.
Sobre la tragedia que viven los refugiados sirios
compartió que ha tenido distintas opiniones. “Hoy veo el conflicto como una
gran provocación. Mostramos todo, cosas horribles. Eso me hace sospechar. Es
como si se quisiese provocar algo que no estoy seguro si debería provocarse”.


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