PROTESTAS NO LOGRAN QUE HOLLANDE DESISTA DE REFORMA LABORAL EN FRANCIA
PARÍS (28 Mayo 2016).- Medio centenar de diputados
del Partido Socialista francés, ecologistas y del Frente de Izquierdas pidieron
este viernes al presidente del país, el socialista François Hollande, que
“actúe sin tardar para salir de la crisis” actual, ya que “la oposición contra
su reforma laboral es mayoritaria”.
En una carta, los firmantes recuerdan al jefe de
Estado que Francia “atraviesa un periodo de tensiones sociales sin precedentes
con la izquierda en el ejercicio del poder” y estiman que era algo
“previsible”, contra lo que, afirman, no han dejado de alertar.
Entre los firmantes figuran miembros del grupo de
socialistas llamados disidentes que el 10 de mayo se negaron a dar su voto al
proyecto de ley sobre la reforma laboral a su paso por la Asamblea Nacional,
donde fue aprobado en primera lectura, sin debate parlamentario, al recurrir el
Ejecutivo al artículo 49.3 de la Constitución.
Los diputados reiteran su oposición a la utilización
de dicho método para sacar adelante “un tema tan esencial como es el Código del
Trabajo” y consideran vital, al contrario, que el Gobierno retome las
negociaciones con los sindicatos y organizaciones de estudiantes que desde hace
dos meses y medio protestan en la calle.
Pero la situación tiende a empeorar, pues el mismo
mandatario francés reitero horas después que su voluntad de “mantenerse firme”
frente a la revuelta social contra la reforma laboral.
“Me mantendré firme porque es una buena reforma”,
declaró el jefe de Estado francés a la prensa al final de la cumbre del G7 en
Japón.
“Nuestro primer deber es (...) hacerlo todo para que
los consumidores puedan abastecerse de carburante, proporcionar servicios
públicos esenciales, permitir el transporte de todos y asegurar el buen
funcionamiento de la economía. El texto irá al Senado y luego volverá a la
Asamblea Nacional y es en ese marco donde se deben llevar a cabo las
discusiones”, agregó.
El texto, en discusión en el parlamento, divide a la
mayoría socialista en el poder, mientras que sus detractores tratan de
paralizar el país para forzar su retirada. El pasado jueves, decenas de miles
de manifestantes salieron de nuevo y por octava vez a las calles en toda
Francia. Los ocho sindicatos opuestos a la ley, que consideran excesivamente
liberal, llamaron el viernes a “continuar y amplificar la movilización”. “Valls
dimisión” o “No a la ley de trabajo”, gritaban en la mañana con el puño en alto
manifestantes que bloqueaban el depósito petrolero de Donges (oeste), el
segundo del país, poco antes de ser desalojados por las fuerzas del orden.
Ante las huelgas en el transporte público y el
racionamiento del carburante, los franceses mantienen reacciones encontradas.
Siete franceses de cada diez desean la retirada del texto “para evitar la
paralización del país”, según un sondeo.
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