PRESIDENTE DONALD TRUMP AMENAZA CON ARANCELES A MÉXICO EN REPRESALIA POR LA INMIGRACIÓN
WASHINGTON
(31 Mayo 2019).- Los aranceles a las importaciones se consolidan como arma de
presión de la Administración Trump. Su próximo destinatario, México, aunque en
realidad vayan a ser los consumidores estadounidenses quienes paguen la
factura.
“El 10 de
junio, EE.UU. impondrá un arancel del 5% a todas las importaciones que lleguen
desde México, hasta que los inmigrantes ilegales dejen de llegar a nuestro
país” a través de esta frontera, ha anunciado por Twitter el presidente Donald
Trump. El arancel “aumentará gradualmente hasta que se remedie el problema de
la inmigración”, asegura.
El plan
anunciado por la Casa Blanca prevé aumentar en cinco puntos los derechos de
aduana durante los próximos meses hasta llegar al 25% en octubre y mantenerlos
en ese nivel “hasta que México frene sustancialmente los flujos ilegales de
extranjeros que cruzan su territorio”.
En una
teleconferencia para presentar el plan a la prensa, la primera pregunta de un
periodista ha sido si el presidente “entiende” que, al final, son los
consumidores de Estados Unidos quienes pagan los aranceles ya que las empresas
acaban por pasar el coste extra a los consumidores.
La respuesta
del jefe de gabinete de Trump, Mick Mulvaney, ha sido que los contribuyentes
americanos “ya están pagando por la crisis migratoria”, que detrae una gran
cantidad de recursos económicos. “Este presidente defenderá al país y la
frontera sur, aunque signifique llevar los aranceles hasta el 25% aunque
sinceramente espero que no ocurra”, admitió.
México es, después de
Canadá, el segundo mayor importador a Estados Unidos, y su primer proveedor de
productos agrícolas y alimentos
La
iniciativa de la Administración Trump llega paradójicamente al mismo tiempo que
el Departamento de Comercio se ha dirigido al Congreso para pedirle que
ratifique la nueva versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y
el mismo día que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha
enviado al Senado los textos del nuevo acuerdo comercial con el objetivo de
ratificarlo y permitir su entrada en vigor. El vicepresidente estadounidense,
Mike Pence, se encontraba en Canadá reunido con el primer ministro, Justin
Trudeau, para hablar del mismo tema.
México es,
después de Canadá, el segundo mayor importador a Estados Unidos, y su primer
proveedor de productos agrícolas y alimentos, aunque el grueso del valor de las
transacciones procede del sector del automóvil, el que más afectado se vería en
caso de que la Casa Blanca llevara a la práctica sus amenazas. La noticia
provocó de inmediato una caída del peso mexicano, lo que debería ayudar a
mitigar el impacto de las tarifas, pero al mismo tiempo encarecerá los
productos que Estados Unidos exporta al país vecino. En el 2018, Estados Unidos
importó bienes por valor de 346.000 millones de dólares del vecino del sur, un
10% más que el año anterior.
Más allá de
su conocida habilidad a cambiar la conversación nacional cuando esta no le
conviene, como ocurre ahora mismo con los llamamientos al ‘impeachment’, la
frustración del presidente con la situación en la frontera ha ido a más desde
primeros de año, cuando los demócratas bloquearon sus demandas de fondos para
la construcción de un muro en la frontera con México y acabó por declarar una
emergencia nacional para reasignar a este fin fondos del presupuesto federal.
Amparándose en esa declaración de emergencia, la Casa Blanca ha desempolvado
una ley de 1977 que le permite gravar con aranceles las importaciones de
ciertos países. Aunque las llegadas de inmigrantes irregulares están en niveles
mucho más bajos que hace una o dos décadas, las cifras no dejan de aumentar
desde finales del año pasado.
“En últimos
21 días, una media de 4.500 personas al día ha cruzado ilegalmente la frontera
o llegado a puertos de entrada sin documentos, cuando en mayo del año pasado
eran menos de 700 diarios”, ha relatado Kevin McAleenan, secretario en
funciones de Seguridad Interior, que ha destacado que es la mayor cifra en 12
años. Las autoridades estadounidenses tienen 80.000 personas bajo su custodia,
un récord “insostenible” con los recursos actuales. “Si esto no describe una
crisis, una emergencia nacional, no sé qué haría falta”, añadió el jefe de
gabinete del presidente. La mayor parte de los inmigrantes que cruzan la
frontera entre ambos países proceden sin embargo de Centroamérica. Sólo un 10%
son mexicanos. El presidente Trump no ha cuantificado los cambios que espera
ver de México para anular los aranceles, lo que a menudo sirve para que pueda
dar marcha atrás en sus amenazas o represalias sin demasiadas explicaciones.
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