EL HAMBRE CRECE EN LATINOAMÉRICA HASTA AFECTAR A 42,5 MILLONES DE PERSONAS
ROMA (15 Julio 2019).- El número de personas que
pasan hambre en Latinoamérica y el Caribe creció en 2018 por tercer año
consecutivo hasta afectar a 42,5 millones de personas, en parte por la desaceleración
económica y la situación en Venezuela, según la ONU.
El nuevo informe sobre el estado mundial de la
seguridad alimentaria y la nutrición, presentado hoy por cinco agencias de
Naciones Unidas, sostiene que el porcentaje de hambrientos en la región aumentó
del 6,2 % de la población en 2015 al 6,5 % en 2017, nivel que se mantuvo al año
siguiente.
La principal razón de ese incremento se encuentra en
Sudamérica, que acoge a la mayoría de las personas desnutridas de la región y
donde la prevalencia de subalimentación subió del 4,6 % en 2013 al 5,5 % en
2017.
La ralentización y la recesión observadas entre 2012
y 2016 en las economías de la zona están asociadas al declive de los precios
internacionales de las materias primas que exportan en un contexto de débil
recuperación de la crisis financiera global.
El director adjunto de Economía del Desarrollo
Agrícola de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), Marco Sánchez Cantillo, precisó a Efe que, en vista de la desaceleración
y la dependencia del comercio de esos productos, “los ingresos tributarios se
han aminorado fuertemente”.
“La tendencia a implementar programas sociales, que
venían incidiendo en la reducción del hambre hasta hace tres años, se ha visto
así altamente afectada”, puntualizó. El paro aumentó, los ingresos familiares
se contrajeron y el número de pobres pasó de 166 a 175 millones entre 2013 y
2015 tras años de descensos en la región, según el informe.
La crisis en Venezuela también explica el incremento
del hambre en Sudamérica, pues la proporción de personas que padecen hambre se
multiplicó casi por cuatro, del 6,2 % entre 2012 y 2014 al 21,2 % entre 2016 y
2018, hasta los 6,8 millones de venezolanos.
A nivel subregional, los mayores índices del hambre
se dieron en el Caribe, donde ese problema afectaba el año pasado al 18,4 % de
la población (7,8 millones de individuos), y en Centroamérica, con el 6,1 % (11
millones en total), aunque ambas tasas han bajado respecto a 2010.
Sánchez Cantillo remarcó que en esa última zona se
mezclan factores tan variados como la sequía en el Corredor Seco, otros
impactos climáticos o la migración. De cara al futuro, el especialista advirtió
de que la perspectiva económica a nivel global “no es la mejor” y se ve
agravada por las tensiones comerciales, lo que puede pasar factura a
Centroamérica y el Caribe por sus vínculos con Norteamérica.
Mientras, la obesidad en Latinoamérica y el Caribe
creció del 21,7 % de la población adulta en 2012 al 24,1 % en 2016, hasta los
104,7 millones, en línea con el ascenso registrado a nivel global.
En total en el mundo 821,6 millones de personas
pasaban todavía hambre en 2018, cifra que ha aumentado por tercer año
consecutivo en parte por la débil recuperación de la última gran crisis
económica, según la ONU.
De los 77 países que experimentaron un aumento de la
desnutrición entre 2011 y 2017, 65 sufrieron una desaceleración o una
contracción de sus economías de manera simultánea y, entre estos, 52 dependían
altamente del comercio de productos básicos y el vaivén de sus precios.
Los choques económicos han empeorado, además, el
impacto de conflictos y sucesos climáticos extremos como la sequía en la mitad
de los países sumidos en crisis alimentarias agudas, afectando a 96 millones de
personas en 2018.
De los más de 820 millones de personas con hambre,
513,9 millones se localizan en Asia (el 11,3 % de la población), 256 millones
en África (19,9 %) y 42,5 millones (6,5 %) en América Latina y el Caribe. La
situación más alarmante está en África, donde la subalimentación ha crecido en
casi todas sus regiones, mientras que en países de Oriente Medio como Siria o
el Yemen no para de incrementarse desde 2010 por la inestabilidad.
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