PITTSBURGH (16 Noviembre 2019)- Era el 18 de
septiembre en Pittsburgh, el día de Roberto Clemente en su ciudad adoptiva, y
Vera Clemente continuaba con el legado de su familia. Rodeada de jugadores y
entrenadores de los Piratas, dirigió un viaje caritativo al Allegheny Immediate
Unit Latino Family Center. El grupo sirvió almuerzo adentro y jugó béisbol
afuera, y Vera visitó a los niños y sus familias.
Hasta el final, Vera fue el mejor ejemplo de las
famosas palabras de su marido del Salón de la Fama: "Cada vez que tienes
la oportunidad de marcar una diferencia en este mundo y no lo haces, estás
perdiendo el tiempo en la Tierra".
Vera Clemente no perdió el tiempo que le dieron.
Falleció el sábado, a la edad de 78 años, luego de ser hospitalizada en San
Juan, Puerto Rico. Los Piratas anunciaron el 1 de noviembre que estaba "en
buena salud" y que había sido hospitalizada, compartiendo la solicitud de
privacidad de la familia.
Vera se desempeñó como presidenta de la Fundación
Roberto Clemente y representó con gracia a los Piratas y a las Grandes Ligas
como Embajadora de Buena Voluntad. Le sobreviven tres hijos: Roberto Jr., Luis
Roberto y Roberto Enrique. Ella extendió activamente el legado filantrópico de
su difunto esposo mucho después de la trágica muerte de Clemente el 31 de diciembre
de 1972.
Vera conoció a quien sería su futuro esposo en una
farmacia en Puerto Rico después de la temporada de 1963, y se casaron el 14 de
noviembre de 1964.
Juntos formaron una familia que creció juntos desde
su Puerto Rico natal hasta el suroeste de Pensilvania. Clemente formó un
vínculo permanente con la ciudad de Pittsburgh, y Vera se aseguró de que nunca
se rompería.
Hoy, el puente que lleva del centro de Pittsburgh al
estadio de béisbol de los Piratas en la costa norte del río Allegheny lleva el
nombre de Clemente.
No hay comentarios.: