PRESIDENTE BOLSONARO RECUERDA QUE EL "PRESIDIARIO" LULA "SIGUE TENIENDO TODOS LOS DELITOS A SUS ESPALDAS "
BRASILIA, Brasil (9 Noviembre 2019).- El presidente
brasileño, Jair Bolsonaro, ha recordado este sábado que el
"presidiario" expresidnete Luiz Inácio Lula da Silva tiene aún
cuentas pendientes con la justicia a pesar de la decisión judicial de este
viernes que ha permitido su excarcelación.
"La gran mayoría del pueblo brasileño es
honesta, trabajadora y nosotros no vamos a dar espacio ni a contemporizar con
un presidiario. Él está suelto, pero sigue teniendo todos los delitos a sus
espaldas", ha afirmado Bolsonaro en declaraciones a la prensa des de el
Palacio de la Alvorada, residencia oficial del presidente de Brasil.
Además, Bolsonaro ha destacado en Twitter el trabajo
del ministro de Justicia, Sergio Moro, quien fue el responsable como juez de
enviar a Lula a prisión. El mandatario ha indicado posteriormente sin citar a
Lula "nada de munición al canalla". "Momentáneamente está libre,
pero cargado de culpa", ha remachado.
Moro también ha comentado en Twitter la
excarcelación, la ha lamentado, pero ha hecho un llamamiento a respetar la
medida del Supremo. "Luchar por la Justicia y por la seguridad pública no
es una tarea fácil. Hay que esperar victorias y reveses. Preferimos las
primeras y lamentamos los segundos, pero nunca desistiremos. La decisión del
Tribunal Supremo Federal debe ser respetada, pero puede ser alterada", ha
indicado.
El expresidente salió este viernes de la prisión de
Curitiba, donde desde hacía más de año y medio purgaba dos condenas por
corrupción que suman más de 20 años de cárcel, conforme a un reciente fallo del
Tribunal Supremo (STF) que le permite esperar en libertad una sentencia firme
de ambos procesos.
Lula fue condenado en julio de 2017 a nueve años y
medio de cárcel por aceptar un tríplex de lujo como pago a los favores
políticos que hizo a la constructora OAS. Posteriormente, la pena se cambio,
primero a doce años y un mes y finalmente a ocho años y diez meses.
El pasado mes de febrero, el antiguo dirigente
sindical recibió una segunda condena por corrupción. Esta vez, a doce años y
once meses de cárcel por las reformas que las constructoras OAS y Odebrecht
hicieron en una propiedad rural atribuida a Lula en Atibaia, Sao Paulo, también
como pago a sus favores políticos
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