CAPTURAN EXPARAMILITAR QUE ESTARÍA DETRÁS DEL SECUESTRO DE SOBRINA DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
BOGOTÁ,
Colombia (2 Diciembre 2019).- John Jairo Esquivel, alias El Tigre, era uno de
los hombres de confianza del paramilitar Jorge 40. Estuvo detrás de las peores
masacres perpetradas por grupos paramilitares en Bolívar y César. Las
autoridades le atribuyen por lo menos 400 homicidios y casi 500 desplazamientos
forzados. Aunque hace unos años se acogió a la ley de Justicia y Paz, y pese a
sus graves antecedentes, Esquivel estaba libre. Sin embargo, agentes del Gaula
de la Policía lo capturaron en la madrugada de este 30 de noviembre en Maicao
(La Guajira) por una investigación por el secuestro de la sobrina de Gabriel
García Márquez, Melissa Martínez.
El secuestro
ocurrió el pasado 23 de agosto de 2018 en Minca, zona rural de Santa Marta
(Magdalena). A cambio de su liberación, los secuestradores pidieron US$5
millones de dólares. Sin embargo, el presidente Iván Duque confirmó, el pasado
17 de diciembre, que Martínez había sido liberada y su entonces ministro de
Defensa, Guillermo Botero, aseguró que, por estos hechos, se capturaron a 11
personas.
Sin embargo,
hasta ahora no se sabía que alias El Tigre podría estar detrás del secuestro.
Junto a él, la Policía capturó a otras tres personas que también estarían
detrás del plagio de Melissa Martínez: José de las Nieves Rodríguez, alias
Soldado, quien serían un integrante del Clan del Golfo, Raimundo Dorado, alias
Rai, y Jesús Alberto González Palencia, alias Narizón. Según la Fiscalía,
fueron ellos los encargados de amenazar a la familia de Martínez con la
advertencia de que, si no pagaban la liberación, iban a cortarle partes del
cuerpo.
Los
investigadores agregaron que tienen pistas de que este grupo de delincuentes
tenían pensado empezar un grupo ilegal para dedicarse al secuestro de
empresarios de la costa caribe. La Policía reiteró, en el anuncio de estas
capturas, que se trata de hombres con larga experiencia en el conflicto. No es
en vano la aclaración. John Jairo Esquivel es un viejo conocido en el mundo de
la guerra y en los estrados judiciales.
En enero de
2010, por ejemplo, El Tigre asistió a una audiencia de imputación de cargos en
su contra en Barranquilla. Allí, la Fiscalía le imputó los delitos de
desplazamiento forzado, acceso carnal violento, tortura, secuestro simple,
secuestro extorsivo, homicidios agravados y concierto para delinquir, entre
otros. Fue allí en donde se supo que Esquivel era uno de los hombres armados
que llevó a tropas paramilitares hasta El Salado (Bolívar), Astrea (Cesar) en
2000 para perpetrar dos de las peores masacres del país.
La primera
ocurrió el 16 de febrero de 2000. Más de 450 paramilitares del Bloque Norte
asesinaron a 60 personas de la región de Montes de María, torturaron y violaron
mujeres, bajo las órdenes de los comandantes paramilitares Jorge 40 y Juancho
Dique. Durante su paso hacia El Salado, asesinaron a varios campesinos de las
veredas aledañas. Según la Fiscalía, para perpetrar la masacre los
paramilitares se organizaron en tres grupos, y uno de ellos estaba dirigido por
El Tigre.
Durante esa
audiencia en Barranquilla, El Tigre dio detalles de lo que ocurrió en El
Salado. Aceptó que sus hombres violaron a mujeres, “pero se hizo por falta de
control en la tropa, porque usted sabe que tanta gente en combate y eso, uno
estaba pendiente que no fueran a dar bajas a tropas nuestras y si en caso tal
hubo esa violación. Acepto por omisión, ya que no se pudo controlar el
personal”.
Sobre la
masacre de Astrea, la historia fue similar.
A la una de la mañana del 28 de enero de 2000, 100 hombres del frente
Juan Andrés Álvarez, del bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia,
alias El Tigre, ingresaron al corregimiento de Santa Cecilia (en el municipio
de Astrea) y empezaron a sacar a la gente de sus casas. Primero se llevaron a
Eulises Coronado Vidales, quien había sido inspector de Policía, y a su hijo,
Eulises Coronado García. Luego a Rosa Elvira Rojas, quien fue sacada en ropa
interior.
Siguieron
Luis Alberto Peñalosa, Luz Aída Marín Pertuz, Ernesto Ortega Iturriales, Néstor
Ortega Marín, Dalwin Salcedo Rangel, Eusebio Acuña Arrieta y Libardo Ortega
Durán. A todos ellos los llevaron a una esquina del pueblo y los amordazaron.
Estuvieron atadas durante 15 horas mientras los paramilitares saqueaban el
pueblo. El resto de la comunidad fue obligada a ver el dantesco panorama. A las
3:15 de la tarde uno de los comandantes dijo: “Hagan ya la fiesta”
A 10 de los
campesinos los asesinaron con tiros de gracia; a Luz Aída Marín le echaron unos
perros encima para que le mordieran los senos. Al ver esto, su padre, Humberto
Marín, intervino y también fue asesinado. A las pocas horas asesinaron a otro
campesino, José Gregorio Barrera, porque se negó a entregarles a los
paramilitares una leche que no era de él.
Otra de las
masacres que tienen a El Tigre dentro de la lista de perpetradores ocurrió en
marzo de 2000 entre Valledupar y Codazzi. Las víctimas fueron agentes del CTI
del Cesar que habían sido declarados por Carlos Castaño como objetivos
militares. Fueron siete los uniformados asesinados, desmembrados y enterrados
en fosas comunes. Por estos hechos fue condenado a 25 años de cárcel Jorge 40.
Además de
asesinatos, Esquivel también tiene varios antecedentes en temas de
desplazamiento. Uno de ellos, ocurrido en la vereda El Toco, corregimiento Los
Brasiles, del municipio de San Diego (Cesar), fue investigado hace unos años
por la Unidad de Restitución de Tierras. “Los hechos violentos en El Toco iniciaron
a finales de los años 90 por la incursión de las AUC, comandados por alias “El
Tigre”, quien perpetró alrededor de 13 asesinatos contra pobladores de la zona
y desde aquel entonces se generó una serie de masacres, muertes violentas y
desplazamiento que provocaron terror entre los habitantes de la región”,
explicó la Unidad.
Luego de su
captura, Esquivel fue trasladado a Bogotá, en donde se realizará la audiencia
de imputación de cargos en su contra por el secuestro de Melissa Martínez. La
Policía aseguró que ya se encuentra en diálogos con la Fiscalía pues El Tigre
todavía está activo en las listas de los exparamilitares que se acogieron a la
ley de Justicia y Paz. Pero con su presunta responsabilidad en ese secuestro,
perdería todos los beneficios judiciales.
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