LA CONVENCIÓN DEMÓCRATA ARRANCA CON UN DURO ATAQUE DE MICHELLE OBAMA A DONALD TRUMP: "ES INCAPAZ DE SER LO QUE NECESITAMOS QUE SEA"

WASHINGTON (18 Agosto 2020).- Éstas nos son las cosas que se escuchan decir a una primera dama, o ex primera dama, en una Convención. Frases acusando directamente de fraude electoral, como, por ejemplo: "Están cerrando colegios electores en barrios habitados por minorías; están borrando a la gente del censo de votantes; están mandando a gente a intimidar a los votantes; y están mintiendo sobre las medidas de seguridad de nuestros votos". Y frases atacando directamente a la personalidad del jefe del Estado y del Gobierno, como, por ejemplo, que éste "no es el presidente adecuado para nuestro país".
Y, sin embargo, eso es lo que hizo Michelle Obama anoche, en el cierre de la primera jornada de la Convención Demócrata con la que arranca verdaderamente la campaña electoral de Estados Unidos. Su ataque a Trump fue directo y sin tregua, y se resume en una frase: "Si queremos tener esperanza y salir de este caos, tenemos que votar por Joe Biden como si nuestra vida dependiera de ello".
Obama solo mencionó a Donald Trump una vez por su nombre. Lo hizo para arrancar un párrafo en el que declaró que el presidente, "simplemente, no es capaz de ser lo que necesitamos que sea". Lo remachó con un "es lo que hay". Exactamente el mismo "es lo que hay" que Donald Trump respondió cuando el 4 de agosto cuando el periodista Jonathan Swann le preguntó acerca del imparable aumento del número de muertos por coronavirus en Estados Unidos.
La ex primera dama supo usar el escenario impuesto por el coronavirus. En un estadio, con más de 20.000 seguidores -es decir, en una Convención normal- y un sistema de megafonía propio de un concierto de rock, sus frases habrían resultado abrumadoras. En la intimidad del 'uno a uno' televisado, sin embargo, no le hizo falta alzar la voz para recordar las noticias: "niños que son arrancados de sus familias y metidos en jaulas", en alusión a la política de separación de familiar de inmigrantes indocumentados impuesta por Trump; "manifestantes pacíficos que son regados con balas de goma y gases lacrimógenos para que alguien se saque una foto", en referencia a la imagen del presiente sosteniendo la Biblia (al revés) junto a la Casa Blanca; y a "gente gritando en tiendas de comida, negándose a ponerse una mascarilla que nos mantiene a todos a salvo".
La ex primera dama censuró "el sentido del privilegio que permite decir que sólo ciertas personas pueden estar en determinados lugares, que la codicia es buena [una frase sacada de la oscarizada película Wall Street, de 1987], y que ganar es lo único importante porque, mientras tú estés arriba, da igual lo que les pase a los demás". y también lanzó alguna puya personal a Trump al recordar cosas que es bien sabido que al mandatario no le gusta que le recuerden, como cuando recordó que en 2016 obtuvo "casi tres millones de votos" menos que Hillary Clinton.

LA FUNDAMENTAL REAPARICIÓN DE BERNIE SANDERS

El discurso de Obama cerró el primer día de una Convención extraña, televisada, con la actriz Eva Longoria de presentadora, que combinó mensajes desde diversos puntos de un país parcialmente paralizado por la Covid-19. Dos hermanos de George Floyd -el hombre de raza negra cuya muerte a manos de un policía de Minneapolis en mayo desencadenó los peores disturbios raciales de Estados Unidos en cinco décadas-, la hija de un hombre que murió de coronavirus cuando fue a un karaoke confiado de que, como había asegurado Trump, no había peligro, varios votantes republicanos desencantados con Trump, y otros ciudadanos 'de a pie' se entremezclaron con políticos profesionales.
Muchos mencionaron la crisis de servicio de Correos, que está reduciendo sus servicios y ha declarado que no va a ser capaz de procesar todo el voto por correo, en una decisión que ha desencadenado una reunión de urgencia de la Cámara de Representantes esta semana ante lo que muchos ven como un intento de impedir que los votantes de Biden -que se toman el coronavirus mucho más en serio que los de Trump- participen en los comicios.
Aparte de Obama, hubo dos personajes muy especiales. Uno, el ex gobernador republicano de Ohio y candidato a la presidencia en 2016, John Kasich, que declaró: "Toda mi vida he sido republicano, pero eso está en segundo término en relación a mi responsabilidad hacia mi país". El otro, más significativo aún, fue el líder de la izquierda del Partido Demócrata y rival de Biden en las Primarias, el senador Bernie Sanders.
La intervención de Sanders era fundamental. En 2016, su pésima relación con Hillary Clinton hizo que le diera un apoyo glacial en la Convención. Muchos de los seguidores de Sanders se quedaron en casa. Y el Partido Demócrata -del que Sanders, en realidad, no forma parte, ya que es independiente- atribuye al senador buena parte de la responsabilidad por la derrota de Hillary Clinton.
Esta vez las cosas cambiaron. Acaso porque Joe Biden sea mucho mejor político en las distancias cortas que Hillary Clinton, Sanders se deshizo en elogios hacia el candidato y en ataques a Trump. "Hay que votar porque el futuro está en juego", dijo el líder de la izquierda, antes de lanzar un ataque directo a Trump y a su gestión tanto del Covid-19 como de las tensiones raciales: "Nerón tocaba el arpa mientras Roma ardía; Trump juega al golf". Sanders, que es famoso por su rigidez ideológica, dio una campanada en ese sentido, al declarar: "He trabajado con progresistas, con centristas y, sí, con conservadores, parta defender a nuestra nación" de lo que calificó como "el autoritarismo" de Donald Trump.
Así, Sanders puso el tono de izquierda. Kasich, el de derecha. Y Michelle Obama el de la minoría afroamericana y, sobre todo, el de las mujeres en el primer día de la Convención Demócrata. Quedan aún tres más para que ese partido haga su oferta formal a la Casa Blanca al electorado de Estados Unidos.



Por PABLO PARDO/El Mundo

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