GOBIERNO CUBANO INICIA DIÁLOGO SINCERO Y COLOQUIAL CON IGLESIAS; ENCUENTRO FUE CONVERTIDO EN ESPACIO AGRADECIMIENTO, HOMENAJE, FE, COMPROMISO PARTICIPACIÓN, APRENDIZAJE, REFLEXIÓN Y LA ESPERANZA
LA HABANA, Cuba (9 Agosto 2021).- Un diálogo, abierto y sincero, sostuvo el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con miembros del Consejo de Iglesias de Cuba y líderes ecuménicos. El intercambio se convirtió en espacio para el agradecimiento, el homenaje, la fe, el compromiso, la participación, el aprendizaje, la reflexión y la esperanza.
Con ellos también Cuba seguirá fundando. Y así como lo
hará Cuba, «la Iglesia cubana también seguirá fundando junto a nuestro pueblo»,
una certeza no solo expresada por Joel Ortega Dopico, secretario ejecutivo del
Consejo de Iglesias de Cuba, sino que de muchas maneras marcó las esencias de
más de una docena de intervenciones que matizaron el debate.
A hacer y fundar juntos los convocó el Presidente de
la República. Fueron poco más de tres horas en las que se le vio escuchar
atentamente cada palabra; tomar una y otra vez notas en su agenda; asentir;
explicar dudas; indagar sobre proyectos comunitarios realmente aportadores en
los barrios; abrir caminos para solucionar trabas que impiden un mejor
desempeño…
Todavía podemos perfeccionar y ampliar más la armonía,
construyendo constantemente mucha confianza y la posibilidad de hablar, de
discutir, de debatir, aunque no siempre coincidamos en lo mismo, reflexionó el
Jefe de Estado.
Desde el convencimiento de que juntos es posible crear
y hacer más, agradeció a todos el haber dedicado tiempo para asistir al
encuentro y expresar con sinceridad «lo que sienten». Es tremenda —dijo— su
disposición para participar en la construcción de nuestra sociedad «desde toda
la experiencia que tienen y desde todos los aportes que hacen».
«Vamos a buscar los espacios en que ustedes puedan
aportar y participar, para que estén con nosotros en ellos y también para que
nos enseñen, porque ustedes tienen muchas cosas que enseñar, que han sido
práctica ya desarrollada en todos estos años», les ratificó.
Como parte del diálogo, necesario y aportador, el
Presidente agradeció las oraciones que, le dijeron los presentes, hacen por él
y su equipo de Gobierno. Detalladamente compartió con ellos elementos
significativos de la actual situación del país y sobre los últimos
acontecimientos sucedidos.
Una situación que definió de extremadamente compleja,
y a sus vez retadora; en los desafíos también hay un encanto, —puntualizó— y
una manera de ver la vida para buscar capacidad de respuesta, de ánimo, de
aliento, y de ir a un mejor momento, confió.
Para eso —acotó— tenemos que seguir multiplicando todo
lo que sea eficiente y aportador, lo que nos de armonía, utilidad y belleza,
desechando lo que sea ineficiente, lo que traba, lo que sea burocrático, lo que
sea corrupto.
Necesitamos reforzar la atención en los barrios, y ahí
contamos con ustedes. Sabemos de proyectos que han desarrollado, del concepto
que han trabajado de educación popular, y aspiramos a poder ir multiplicando
sus experiencias y enriquecer todo cuanto hagamos con su participación,
enfatizó.
En el encuentro, que es el primero de otros que se
desarrollarán con directivos de instituciones religiosas y asociaciones
fraternales, como parte de un vínculo permanente con ellos que la dirección del
país ha sostenido durante estos años, el Jefe de Estado reconoció el legado
histórico de quienes le antecedieron, cuyo camino «queremos continuar».
Agradeció la condena que hacen al bloqueo en diversos
escenarios y cómo han defendido la posición de Cuba ante sus iglesias homólogas
en el mundo. Creo que hay una coincidencia entre lo que ustedes nos han
planteado y lo que queremos hacer, aseveró.
Largo rato les habló además sobre la epidemia
provocada por la COVID-19 y cómo el país se ha enfrentado a ella por casi 17
meses. El concepto primero, aseguró, «ha sido siempre salvar la vida de la
gente, con lo que fuera…»
De retos, proyectos futuros, carencias, cambios de
rutinas, solidaridad y disposición en el hacer, se discutió profundamente en la
jornada. Desde el respeto a la creencia individual y el diálogo nacieron ideas
muy útiles y más de uno salió de allí con «tareas asignadas».
Servir,
participar, hacer…
Servir al pueblo y participar activamente en la vida
de la sociedad y de la Patria han marcado el rumbo del Consejo de Iglesias de
Cuba, en sus 80 años de fundado, se le escuchó decir con orgullo y firmeza a
Joel Ortega Dopico, su secretario ejecutivo.
«A lo largo de estos años de Revolución y en toda la
historia de Cuba, el Consejo y sus predecesores han participado activamente en
la vida de nuestra sociedad y de nuestra Patria», evocó. Luego, enumeró algunos
de los muchos escenarios en lo que también han dejado su huella: las luchas
clandestinas en la Sierra; la campaña de alfabetización; las acciones por el
regreso de Elián y los Cinco; las batallas en contra del Bloqueo….
Con la emoción latente por el simbólico y
trascendental intercambio, habló a Díaz-Canel con la franqueza de quien se sabe
«tenido en cuenta», y le confió su expectativa de que la jornada de este 6 de
agosto marque un antes y un después en la estrategia del movimiento ecuménico
cubano con el liderazgo de nuestra Revolución.
Tenemos —dijo— que ir al nivel de Frank País, al nivel
de Faustino Pérez, de aquellos compañeros que dieron su vida, y aquí estamos
nosotros ahora, para reafirmar que somos también continuidad de su obra.
Con la certeza de que son muchos los temas aún por
tratar para verdaderamente lograr la transformación que la nación demanda, el
Secretario Ejecutivo del Consejo de Iglesias de Cuba se refirió a la necesaria
autocrítica, la rectificación pendiente, la revisión profunda de métodos y
estilos de trabajo que chocan con la voluntad de servicio al pueblo, la
burocracia, las trabas y la insensibilidad de algunos que tanto dañan. Son
realidades, confió, a las que lamentablemente tampoco ha podido escapar la
iglesia.
¿Cómo podemos lograr que la iglesia y la religión sean
cada vez más parte de los procesos de participación de cambios que estamos
viviendo? Se preguntó y a su vez lo hizo al auditórium, para poco a poco
hilvanar ideas que ratificaron la importancia de «buscar caminos de diálogo
para no estigmatizar posiciones. Hay grietas que tenemos que juntos y juntas
sanar».
«...es la iglesia que queremos ser, ser una iglesia
para nuestro pueblo...»
«Hermano Presidente», le dijo luego Carlos Ham Stanard,
pastor de Iglesia Presbiteriana-Reformada en Cuba, aquí estamos, como parte de
Cuba, para «reafirmar nuestra vocación de servicio, para continuar en el
diálogo, en la lucha, en el trabajo, y esperamos poder continuar en este
proceso de diálogo enriqueciéndonos mutuamente».
Sin pretender presumir de sus acciones, porque solo
han tenido el propósito de «ser útiles», el también Rector del Seminario
Evangélico de Teología de Matanzas, contó cómo en la institución se habilitó
una extensión del hospital pediátrico, donde fueron atendidos, en 47 días de
servicio, 1500 pacientes: 900 niños y 600 padres y acompañantes.
Fueron días de mucha preocupación —reconoció— pero
también de defensa, de lucha por la vida, y de grandes satisfacciones al poder
servir a nuestro pueblo en este frente, luchando por la vida.
De convocar y sumar para que todos se sientan parte;
de entender que la sociedad hoy no se parece a la de 20 años atrás, que es
diversa, compleja, y tiene multiplicidad de actores, habló Joel Suárez Rodés,
coordinador ejecutivo de la Coordinación Colegiada del Centro Memorial Martin
Luther King.
Pedimos que nos convoquen más, sobre todo en lo
relacionado con el trabajo y las políticas sociales para la atención a la
vulnerabilidad, sugirió al Primer Secretario del Comité Central. «Hay que crear
un corredor amplio para salvar esta Patria… y le toca a la dirección del
Partido motivarlo…»
El diálogo no puede ser impuesto, tiene que nacer
desde el territorio, desde el lugar donde la gente está haciendo, no diciendo,
consideró.
Díaz-Canel habló entonces acerca de conceder
participación a todos, de compenetrar, de convocar. Eso, dijo, estamos en
capacidad de construirlo y seríamos muchos más aportando, participando. Junto a él se encontraban
también los miembros del Buró Político Manuel Marrero Cruz y Roberto Morales
Ojeda, Primer Ministro y secretario de Organización y Política de Cuadros del
Comité Central, respectivamente; así como Rogelio Polanco Fuentes, miembro del
Secretario del Comité Central, y Caridad Diego Bello, jefa de la Oficina de
Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central.
Sobre agradecimiento hablaron, en primer lugar, los 15
participantes en el encuentro que hicieron uso de la palabra, quienes
consideraron un privilegio poderse «reunir con nuestras autoridades y tratar
temas de interés común».
Respecto a trabas y burocracias que impiden la entrada
ágil al país de medicamentos y otros insumos necesarios para el trabajo que
desarrollan en las comunidades comentaron también al mandatario cubano, quien
les aseguró que muchas de esas cuestiones se resolverán de inmediato. La
decisión de crear en el Gobierno una oficina para atender los asuntos
relacionados con las instituciones religiosas, contribuirá en gran medida a
abrir caminos y viabilizar soluciones.
Piedra angular en las intervenciones fue también la
necesidad de consolidar los espacios de diálogo existentes, no solo para hablar
de «cosas que nos preocupan, sino también para presentar soluciones»; que se
conviertan en espacios sistemáticos, no coyunturales, en los cuales dar
continuidad a los temas y ver las respuestas a los planteamientos.
Con la iglesia tenemos el deber de trabajar por la
unidad de nuestro pueblo y lo hemos hecho desde nuestros mensajes, con nuestros
familiares, amigos, personas que hemos visto que están equivocadas, explicó
Lydia Aguiar Batista, vicepresidenta del Consejo de Iglesias de Cuba y
vicepresidenta de la Iglesia Gracia Soberana.
A abrazar, respetar y aprovechar la diversidad que
define la Cuba de hoy, convocó Dora Arce Valentín, pastora y moderadora de la
Iglesia Presbiteriana-Reformada. No podemos rechazar la diversidad,
insistió, tenemos que ver esa diversidad
como un don, como algo que enriquece a la sociedad.
Esa es la Cuba que queremos, una Cuba donde sus
familias sean diversas, que se ensamblen de la manera que pueden, que quieren,
que saben, (…) porque así queremos que sea la sociedad cubana, y en ese sentido
se puede contar con nosotros.
Como luz se escucharon también representantes de la
juventud cristiana, «ese presente que construye el país y el mundo». Desde sus
experiencias, hablaron también de participación y el enorme reto de sentirse
parte de la construcción de una Cuba mejor, en los más diversos escenarios.
«Que el sector religioso esté presente en los diálogos
con la juventud, porque desde nuestra espiritualidad y nuestra fe también
tenemos un aporte a esos diálogos», solicitó al Presidente cubano Dianet
Martínez Valdés, secretaria del Movimiento Estudiantil Cristiano para América
Latina.
Nos toca ahora alimentar esa unidad desde este país
que somos y celebrar la diversidad que somos. Nos toca, como iglesia, ser
mediadores, ser conciliadores, valoró Kirenia Criado Pérez, pastora de la
Iglesia de Los Amigos.
«Cuba es el centro de mi vida, pero la reconciliación
es el centro de mi tarea, y yo creo que hoy nos está tocando tener la
reconciliación como el centro de nuestra tarea y nos ofrecemos como iglesia,
por esa experiencia que hemos vivido, a ser espacio de reconciliación allí en
el barrio, allí en la iglesia, allí en las comunidades más pequeñitas, para
trabajar en estos espacios de reconciliación que son tan importantes.»
El íntimo momento de reflexión se volvió entonces
homenaje en el que el Presidente Díaz-Canel recibió una cruz de madera, una
placa y una Biblia, de manos de Rhode Gonzáles y Raúl Suárez, expresidentes del
Consejo de Iglesias de Cuba. Similares presentes fueron obsequiados también al
resto de los miembros de la presidencia.
Por el 80 aniversario de su fundación fue entregado un
reconocimiento al Consejo de Iglesias de Cuba, que históricamente ha mantenido
una actitud de respeto, participación social y compromiso con la Revolución.
Firmado por el Presidente de la República, tamaño honor fue recibido por la
Vicepresidente del Consejo de Iglesias de Cuba, Lydia Aguiar Batista.
En este encuentro memorable, igualmente, el Presidente
de la República impuso la Orden Félix Varela de Segundo Grado al pastor Raúl
Suárez Ramos, pastor emérito de la Iglesia Bautista Ebenezer de Marianao,
protagonista de aquel histórico encuentro con Fidel en abril de 1990.
Desde la entereza y valía de sus años, se le escuchó
decir entre emociones: «Raúl Suárez no se retiró, está en pleno jubileo, que
significa gozo y alegría, que es lo que nos ha dado también esta reunión y las
próximas que tendremos».
De igual manera, dicha condecoración fue concedida
post mortem al Muy Reverendo Pablo Odén Marichal Rodríguez, un hombre de luz
que mucho hizo por la unidad en la Cuba revolucionaria.
«Disponga y cuente con lo que tenemos, para lo que
usted desee en beneficio de la nación», había dicho poco antes Marcial
Hernández Salazar, presidente de la Iglesia Evangélica Libre.
Y en beneficio de la nación toda, los presentes se unieron
luego en una oración por la vida, y oraron juntos, porque de nuestra diversidad
también nacen nuestras muchas fortalezas.
SANTO DOMINGO, República Dominicana (9 Julio 2021).-
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