PAPA FRANCISCO: LA PANDEMIA, UNA OCASIÓN PARA HACER FLORECE LA CERCANÍA ENTRE NOSOTROS
CIUDAD DEL VATICANO (6 Noviembre 2021).- En una entrevista concedida a la revista "50mila volti", editada por la Cooperativa OSA, , Operatori Sanitari Associati, el Papa alienta su labor por la ayuda que ofrece a muchas personas "para atravesar su oscuridad, para no sentirse solos".
El Papa reflexionó sobre algunas palabras clave
relacionadas con la salud, la vejez y la enfermedad: ámbitos en los que la
Cooperativa OSA, Operatori Sanitari Associati (Agentes Sanitarios Asociados),
trabaja desde hace al menos 35 años, dedicándose a la asistencia y el cuidado
de pacientes cuyas vidas se relatan a menudo en la revista "50mila
volti" (50 mil rostros).
Entre las páginas hay una entrevista con Francisco,
que indica en la "ternura", uno de los términos para dar aún más
valor a la atención sanitaria. "El camino por el que Dios se ha hecho
presente en la vida de todo hombre, sobre todo a través de Jesús".
Sin embargo, la ternura indica la cercanía no sólo por
la competencia, sino sobre todo por la participación en la vida concreta de las
personas. Es una cercanía entendida como compartir, proximidad, cuidado y amor.
Espero que la gran prueba que hemos vivido en la pandemia nos haya hecho
anhelar una nueva cercanía entre nosotros. Una nueva ternura.
El
encuentro entre fragilidades
El Papa se detiene en los niños y los ancianos,
"principales ciudadanos de las periferias existenciales" de una
sociedad centrada en la productividad. "Sus vidas", dice, "se
perciben como inútiles. Creo, en cambio, que el encuentro generacional entre
los niños y los ancianos debe ser colmado por una cultura que sepa hacer
encontrar e integrar este tipo de fragilidad". Se trata, explica
Francisco, de "una cuestión humana".
Sólo cuando volvamos a preocuparnos sobre todo por los
marginados daremos una señal de cambio real. Cuando trabajemos para que ya no
haya un conflicto generacional, sino que encontremos el valor de unir a los
jóvenes y a los mayores, a los niños y a los ancianos, sólo entonces
experimentaremos una nueva calidad de vida en la sociedad.
La Cooperativa Osa atiende a las personas a domicilio,
en la intimidad de su casa, una dimensión de atención afectuosa. Para el Papa,
la casa"no es simplemente un lugar, es sobre todo relación" que
aporta una nueva fuerza para afrontar la prueba. "Esto no significa",
explica Francisco, "que los centros sanitarios sean inútiles, pero deben
convertirse en la extrema ratio en la experiencia de la enfermedad y el
sufrimiento. El Papa elogia el trabajo realizado "porque hace posible
experimentar el dolor y la enfermedad en un entorno ciertamente más acogedor,
más humano y más capaz de humanizar incluso una parte de la vida que,
precisamente por ser difícil, nos hace sentir más solos, más incomprendidos y
más vulnerables". A la luz de su reciente experiencia en el hospital,
Francisco sugiere algunas reglas sencillas para los trabajadores de la salud
pero que, en esencia, conciernen a quienes viven su servicio y trabajan de
manera humana. "Mirar a las personas a los ojos, considerarlas en su
sufrimiento sin trivializarlas nunca", y luego escuchar para que "estas
personas puedan confiar a alguien el sufrimiento que padecen, las dificultades
que tienen". Para el Papa, el hogar "no es simplemente un lugar, es
sobre todo una relación" que aporta nuevas fuerzas para afrontar la
prueba. "Esto no significa", explica Francisco, "que los centros
sanitarios sean inútiles, pero deben convertirse en el último recurso en la
experiencia de la enfermedad y el sufrimiento. El Papa elogia el trabajo
realizado "porque hace posible experimentar el dolor y la enfermedad en un
entorno ciertamente más acogedor, más humano y más capaz de humanizar incluso
una parte de la vida que, precisamente por ser difícil, nos hace sentir más
solos, más incomprendidos y más vulnerables". A la luz de su reciente
experiencia en el hospital, Francis sugiere algunas reglas sencillas para los
trabajadores de la salud pero que, en esencia, conciernen a quienes viven su
servicio y trabajan de manera humana. "Mirar a la gente a los ojos,
considerarla en su sufrimiento sin trivializarla nunca", y luego escuchar para
que "esas personas puedan confiar a alguien el sufrimiento que padecen,
las dificultades que tienen". Por último, los cuidados "deben
traducirse en una forma de ofrecer ayuda, apoyo y servicios profesionales jamás
violenta, jamás previsible y jamás mecánica".
Todos
necesitamos un Cireneo
La última pregunta formulada al Papa se refiere al
dolor y a la muerte. Francisco subraya que, incluso sin mencionar a Cristo, es
imposible prescindir de él y de su experiencia. Recuerda que a menudo "los
discursos, en lugar de servir de ayuda o consuelo, provocan aún más
sufrimiento", es necesario "no huir, permanecer cerca" en los
momentos de prueba, "ante el escándalo del dolor inocente, el escándalo
del dolor de un niño". También es necesario evitar la tentación de
aislarse porque "cuanto más sufrimos, más sentimos que también necesitamos
un cirineo que nos ayude a llevar nuestra cruz".
Dios siempre encuentra la manera de hacerse presente
en nuestras vidas, incluso cuando sentimos que está lejos o nos sentimos
abandonados. Esta es nuestra fuerza. Y aunque no lo sepamos, la Pascua ya está
actuando en esa oscuridad. Sólo con el tiempo nos damos cuenta de que hay una
luz oculta incluso en la oscuridad más profunda. Mientras esperamos a darnos
cuenta de ello, sólo podemos seguir ayudándonos mutuamente.
"Gracias por lo que hacen, porque ayudan a muchas
personas a atravesar su oscuridad, a no sentirse solos, a no desanimarse y a
poder vivir y atravesar lo que nunca podrían vivir o afrontar solos",
concluyó el Papa.
Por BENEDETTA
CAPELLI/Vatican News
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