MIL BOMBEROS Y DIEZ AVIONES TRABAJAN EN APAGAR DOS MEGAFUEGOS FORESTALES EN FRANCIA; EVACÚAN CIUDAD DE CAZAUX Y SU BASE MILITAR
PARÍS (14 Julio 2022).- Dos incendios estallaron el martes en Gironda, y siguen siendo incontrolables por el momento. Cerca de 4.200 hectáreas de bosque fueron quemadas, a pesar de la fuerte movilización de los bomberos. El departamento ha sido puesto en alerta roja por el riesgo de incendios forestales.
El fuego sigue avanzando en Gironda donde ya se han
quemado cerca de 5.300 ha de bosque desde el martes cerca de Burdeos, debido a
dos incendios separados por unos cuarenta kilómetros. Uno de ellos, en la
localidad de Landiras, donde la situación está "estabilizada aunque el
fuego aún no está controlado", anunció el jueves la prefectura, vio como
se esfumaban cerca de 2.400 ha. La situación parece más complicada en La Teste,
donde las llamas han arrasado 2.900 ha. Se movilizan cerca de 1.000 bomberos,
con apoyo de refuerzo aéreo. Turistas y residentes fueron evacuados.
El mercurio podría subir a 38°C en el departamento,
que también está en alerta roja desde la tarde del jueves por riesgo de
“incendios forestales” (nivel “muy alto” / 4 de 5). En consecuencia, queda
prohibida la circulación y estacionamiento de personas y vehículos con o sin
motor entre las 14 y las 22 horas. Las actividades lúdicas y deportivas también
están prohibidas excepto cerca de las playas, indica la prefectura de Gironde
en un comunicado de prensa.
Dos
incendios en curso
Dos incendios comenzaron el martes en Gironda: uno en
Landiras, al sur de Burdeos, y otro en La Teste-de-Buch, al norte de
Biscarrosse, en la cuenca de Arcachon. Las áreas quemadas por el momento son
enormes y el número de víctimas debería aumentar aún más a medida que los
incendios sigan avanzando, favorecidos por los vientos y la sequía. La
intensidad de los incendios es tal que serían visibles desde el espacio.
"Son grandes incendios, no megaincendios",
dijo Fabienne Buccio, prefecto de Gironda, que acababa de sobrevolar la zona en
helicóptero, evocando "un frente de fuego de 5 km" al comienzo de la
tarde. “El problema es que ocurren al mismo tiempo. “Los fuegos se alimentan”
de la vegetación seca, en particular del sotobosque. Obviamente el calor no ayuda”,
agregó.
En La Teste, la situación es "todavía incierta
por las dificultades de acceso", indicó la prefectura. “El viento nos es
desfavorable y empuja el fuego hacia una zona habitable”, detalló Fabienne
Buccio, precisando que el fuego “todavía avanza”. “Varios barcos están en
llamas en el puerto de Cazaux”, anunció Patrick Davet, alcalde de La Teste, al
final del día. “El fuego sigue avanzando, ayudado por el viento”, agregó.
Cientos
de bomberos movilizados
Al menos 1.000 bomberos de Gironde y otros 14
departamentos franceses se movilizan en estos incendios, tratando de contener
los incendios. "Diez aviones están trabajando para apagar estos
incendios", explicó Gérald Darmanin, que llegó al lugar alrededor de las
19.00 horas, asegurando que "todos los recursos del Estado estarán a
disposición de la Gironda".
Un
pueblo y áreas evacuadas
A media tarde del jueves, el pueblo de Cazaux, y su base militar, fueron evacuados por completo de emergencia tras la fuerte progresión de las llamas en La Teste-de-Buch.
Esta evacuación
"preventiva" afecta a 4.000 personas "transportadas en autobús y
automóvil al recinto ferial", donde ya se habían refugiado unos 6.000
campistas durante la noche del martes al miércoles, informó la prefectura. La
gran mayoría ya se ha ido.
"Nos vemos obligados a tomar estas medidas porque
los humos que llegan a Cazaux son demasiado altos", escribió el alcalde de
La Teste en su cuenta de Facebook al comienzo de la tarde del jueves,
precisando que la evacuación afectó a todo el pueblo de Cazaux. , la BA 120, un
supermercado y campings. Preguntado por BFMTV poco antes de las 19:00 horas,
Patrick Davet anunció que "seis o siete casas" estaban amenazadas por
el avance de las llamas. No se reportan heridos hasta el momento.
También se produjeron evacuaciones, por precaución,
desde la noche del martes en cinco caseríos y en la aldea de Guillos, es decir,
unas 500 personas. "Había llamas en la copa de los árboles de 30 m de
altura, las vimos venir hacia el pueblo, fue muy impresionante", dijo la
alcaldesa Mylène Doreau. “Estos habitantes deben sobre todo no volver a sus hogares,
la situación es demasiado peligrosa”, indicó a Sud-Ouest el subprefecto de
Langon Vincent Ferrier.
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