"CONSTITUYÁMONOS EN ESTADO PERMANENTE DE MISIÓN", PAPA FRANCISCO ANTE MIL 500 PEREGRINOS DE DIÓCESIS DE ALEJANDRÍA
CIUDAD DEL VATICANO (17 Septiembre 2022).- Recibiendo a cerca de mil quinientos peregrinos de la Diócesis de Alejandría y a confirmando y confirmados de la Diócesis de Spoleto-Norcia, el Papa recuerda el legado de San Pío V: sus enseñanzas – dijo, entre otras cosas – invitan a ser buscadores de la verdad.
Fueron cerca de mil quinientos los peregrinos de la
Diócesis de Alejandría y los chicos confirmandos de la Diócesis de
Spoleto-Norcia, los que el Santo Padre Francisco recibió en este sábado 17 de
setiembre. El Papa quiso dirigirse a ellos de forma separada, primero a los
peregrinos y luego a los niños. Recordó, ante todo, las enseñanzas del Papa San
Pío V, único Papa piamontés nacido en Bosco Marengo, actual territorio de la
Diócesis de Alejandría cuyas enseñanzas, dijo, invitan a ser “buscadores de la
Verdad”.
“Jesús es la Verdad, en un sentido no sólo universal
sino también comunitario y personal; y el reto es vivir la búsqueda de la
verdad hoy en la vida cotidiana de la Iglesia, de las comunidades cristianas.”
Si esta búsqueda se realiza a través del
discernimiento personal y comunitario “a partir de la Palabra de Dios”, hace
que una comunidad crezca en un conocimiento cada vez más íntimo de Jesucristo,
de modo que Él se convierte “en el fundamento de la vida comunitaria”, afirmó
Francisco.
A continuación, el Santo Padre hizo presente que la
Palabra de Dios “cobra vida especialmente en la celebración eucarística”, y
que, por lo tanto, resulta necesario “hacer el mayor esfuerzo para que la
celebración eucarística se convierta realmente en la fuente de la vida
comunitaria”.
“Después de haber tocado la Carne Eucarística de
Cristo, la comunidad evangelizadora es enviada y se mete con obras y gestos en
la vida cotidiana de los demás, acorta las distancias, se rebaja hasta la
humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente
de Cristo en el pueblo.”
Por último, recordó el compromiso de San Pío V de
recomendar la oración, en especial el Rosario, que constituye “base e impulso
para la acción misionera”. E hizo presente que los primeros pasos de la Iglesia
en el mundo estuvieron marcados por la oración: “los escritos apostólicos y la
gran narración de los Hechos de los Apóstoles dan la imagen de una Iglesia en
movimiento, una Iglesia laboriosa, que encuentra en las reuniones de oración la
base y el impulso para la acción misionera”.
Caminar juntos en la renovación pastoral de su
diócesis, que en los próximos días iniciará la constitución de las Unidades
Pastorales, fue la invitación final del Pontífice, que pidió que todas las
comunidades se aseguren de poner los medios necesarios para avanzar en el
camino de la conversión pastoral y misionera, “que no puede dejar las cosas
como están".
“Ahora no necesitamos una simple administración.
Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en estado permanente de
misión”.”
Dirigiéndose luego a confirmandos y confirmados, el
Papa destacó lo hermoso del camino del Sacramento de la Confirmación, que
“revive la experiencia de los primeros discípulos de Jesús”. La confirmación,
“confirma el Bautismo”, dijo. Y la vida cristiana “es una casa que se construye
sobre los cimientos del Bautismo”. Haciendo la voluntad de Dios, poniéndola en
práctica en nuestra vida, es como se entra “en el Reino de los Cielos”, les
recordó.
Antes de bendecir una piedra de la antigua Abadía de
San Eutizio llevada por los chicos que la colocarán “como símbolo de su
reconstrucción”, el Pontífice quiso bendecir también a cada uno de ellos “para
que se conviertan en una piedra viva para construir la comunidad cristiana”:
“Ser piedras vivas: esto es posible con la fuerza del
Espíritu Santo, que en la Confirmación los confirma como bautizados, hijos de Dios
y miembros de la Iglesia.”
Bautismo y piedra, piedra viva – concluyó Francisco,
alentándolos-. Adelante con esto: ¡construir la casa sobre la roca!
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