HURACÁN IAN AZOTÓ ANOCHE EL SUROESTE DE LA FLORIDA PROVOCANDO EL CAOS Y GENERANDO GENERAR DAÑOS CATASTRÓFICOS TIERRA ADENTRO

MASCOTTE, Florida (29 Septiembre 2022).- De norte a sur, de este a oeste, de arriba hasta abajo. En fin, todo el estado de Florida ha estado a merced del catastrófico impacto del poderoso huracán Ian. Mientras la comunidad boricua ha enfrentado el momento con una mezcla de preocupación, resignación, fuerza y optimismo.

El huracán Ian, una de las tormentas más poderosas jamás registradas en Estados Unidos, azotó el suroeste de Florida anoche, inundando calles y edificios, dejando sin electricidad a más de un millón de personas y amenazando con generar daños catastróficos tierra adentro.

Un cuartel policial costero reportó que estaba recibiendo muchas llamadas de personas atrapadas en viviendas. El centro del huracán entró cerca de Cayo Costa, una isla barrera al oeste de la densamente poblada Fort Myers.

El huracán de categoría 4 azotó la costa con vientos de 150 millas por hora y empujó una marejada ciclónica acumulada durante su lento avance sobre el Golfo de México. Más de 1.1 millones de viviendas y negocios de Florida carecían de electricidad.

Cerca de 2.5 millones de personas del suroeste de Florida recibieron órdenes de evacuar antes de que llegara Ian, pero por ley nadie podía ser obligado a dejar su vivienda.

“Está feíto esto. Es otra cosa”, dijo el puertorriqueño Sebastián González a EL VOCERO desde Sarasota, en el oeste de Florida. “Ya veo ramas de árboles partidas, inundaciones y daños. Vivo en una esquina donde veo todo alrededor y esto no se ve bien”, agregó.

González, quien llegó a Florida a principios de 2017 meses antes de que el huracán María azotara la Isla, recordó “que en Puerto Rico vivía en casa de cemento, pero aquí no sé qué esperar por el techo de la casa. No tengo esa referencia y desconozco lo que pueda pasar cuando pase todo esto. No debo tener problema de inundaciones. Mi único temor es el techo”.

Muchos puertorriqueños, incluso, rememoraban su batalla con los efectos que produjo en sus vidas el destructivo paso del huracán María hace cinco años por la Isla, provocando el éxodo de miles de boricuas a diferentes ciudades de Florida, en especial comunidades de Orlando y Kissimmee.

Algunos, además, recordaron su experiencia frente a Irma, que afectó partes del estado semanas antes que María destruyera a Puerto Rico.

“Irma pasó por aquí con vientos de como 35 millas cuando lo sentimos y fue algo normal. Estas son cosas que ya uno las ha pasado y dentro de todo me siento tranquilo”, puntualizó González, a medida que Ian seguía su paso por el corredor de la carretera interestatal I-4 que cruza el estado de este a oeste, dejando desde temprano a miles de ciudadanos sin servicio de energía.

Más temprano en el día, cientos de personas hacían largas filas para abastecer sus vehículos con gasolina. Otros se habían trasladado a refugios habilitados en escuelas y diversas instalaciones a lo largo de todos los condados, que en algunas ocasiones habían ordenado evacuaciones mandatorias en zonas costeras y comunidades de casas rodantes, ante el temor de las potenciales inundaciones por las torrenciales lluvias que se presagiaba podrían alcanzar hasta unas 25 pulgadas. Se habían activado también alertas de tornados en diversos sectores.

“Habrá daños en todo el estado. Exhortamos a nuestra gente a estar preparados para un impacto”, advirtió ayer en rueda de prensa el gobernador de Florida, Ron Desantis.

Los conocidos parques de atracciones de la zona, incluyendo Disney y Universal, habían anunciado cierres completos, al menos para ayer y hoy. El sistema de escuelas públicas y universidades de todos los condados estarían inoperantes por varios días, mientras el Aeropuerto Internacional de Orlando cerró operaciones comerciales a media tarde. Mientras, miles de trabajadores de servicios básicos y de respuesta rápida esperaban que terminara el paso del fenómeno atmosférico para iniciar tareas de recuperación y rescate.

“Trato de no pensar mucho en eso. Es el primer huracán sin mi marido (fenecido). Sé que estas cosas son duras porque pasé Hugo en Puerto Rico, que después fue cuando vinimos a Estados Unidos. Y según como lo están pintando, esto se ve feo”, comentó Marilyn Colón, residente en el área metropolitana de Orlando.

Gonzalo Ramírez, cuya residencia en la comunidad El Buen Samaritano sufrió enormes inundaciones por Irma, se movió a casa de unos amigos en un área cercana y destacó que “por acá la mayoría de los puertorriqueños a nuestro alrededor estaban haciendo sus preparativos de última hora, pero se nota que muchos de ellos ya tienen experiencia. Están poniendo paneles, haciendo las compras que tienen que hacer, con agua, gas propano y comida en latas. Viene duro, pero estamos tranquilos”.

Ya hacia el este, en Deltona, Angie Díaz declaró que “me siento segura contra el huracán por la experiencia de María, que nos hizo fuerte a los que la pasamos en la Isla, pero lo más preocupante para mí aquí son los tornados. Por lo demás, tenemos todo lo necesario, gracias a María”.

A su vez, en la ciudad de Pompano Beach al sureste de Florida, Edwin Rodríguez también manifestó que “lo más que nos preocupa en esta área son los tornados, pero aparte de eso estamos perfectamente bien… por acá lo que se espera es como una tormenta tropical. Solo nos van a tocar las bandas del huracán”.

Ramírez, subrayó que “lo que nos da seguridad es que si se va la luz no va a ser por una o dos semanas. No es como en Puerto Rico. Aquí pase lo que pase, en 48 horas después todo va a estar normal… la vida continúa”.

 

 

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