GEORGINA GARCÍA, LA REINA QUE LEYÓ EN EL TIEMPO DE LAS MARIPOSAS
Ella lucha por ser reina, pero camina como una diosa. Y ese día, escoltada por las calmas de octubre, llegó, toda ella, a la Biblioteca Nacional en una visita de cortesía. Primero llegó el sol y luego llegó ella. Y lejos, más allá de la línea de sus ojos, al sur de su mirada, estaba la lluvia esperando que le dieran un lugar.
Georgina García quiere ser reina y va a representar a
Barahona, su tierra natal, en el certamen Misses Of Dominican Republic, que se realizará
en Punta Cana del 23 al 30 de octubre, donde se seleccionarán las tres reinas
que representarán el país a nivel internacional, con los títulos Miss
Supranational RD y Miss Aura International RD.
Dice que quiso venir a la Biblioteca Nacional “Pedro
Henríquez Ureña” para mostrar su amor por la lectura y por los libros y
adelantar su compromiso con la educación y el conocimiento. Le gusta leer novelas,
y cuando leyó las de Julia Álvarez, especialmente En el tiempo de las
mariposas, se enamoró de ese libro y se quedó prendada de su historia.
“La parte que más me emocionó y que más lecciones me
dejó –cuenta la reina- es aquella donde Minerva Mirabal, la heroína del libro y
la heroína de nuestra República Dominicana, toma la decisión de estudiar
derecho, pese a los inconvenientes que se le presentaron en el camino.”
“Minerva
continuó adelante con su objetivo -añade la reina- y se enfrentó con honor a
las dificultades. Ella fue una mujer con criterio, una mujer decidida y que se
dio a respetar, a pesar del precio que tuvo que pagar, y para mí y para las mujeres
dominicanas, ella es un modelo a seguir. Yo admiro a las mujeres que trabajan
por lo que quieren sin ir en contra de sus principios y valores.”
A Georgina García el amor por los libros le viene de
su madre, que es maestra. “Además de que te mueven sentimientos con las
historias que cuentan, los libros -dice la reina- tienen la magia de
transportarte a otro lugar y a otro tiempo, y de presentarte personajes que
están llenos de lecciones de vida”.
La
reina y el escritor
Georgina García tiene una sonrisa que hace esquina con
los atardeceres de su tierra, y en esa intersección se encuentran todas sus
ilusiones. El mundo da vueltas y vueltas, y su sonrisa sigue ahí. Es la sonrisa
de Barahona, la sonrisa que le hacía falta a octubre. Y así, con esa sonrisa
invencible, llegó a la Biblioteca Nacional y detuvo el tiempo. Hoy es viernes y
la mañana huele a ella.
El director de la Biblioteca Nacional, Rafael Peralta
Romero, es escritor y está acostumbrado a recibir a los poetas con sus poemas,
a los funcionarios con sus papeles, a los novelistas con sus novelas, a los
historiadores con sus historias y a los presidentes con sus poderes.
Pero no a una reina de belleza. Y, feliz de tenerla
entre “sus” libros, nosabía dónde ponerla.
“He visto con buenos ojos que una Miss haya escogido
la Biblioteca Nacional para una de sus visitas, y nos place mucho saber que le gusta
la lectura”, afirmó el escritor. “Es la primera vez que una reinavisita este
recinto y eso habla muy bien de ella y de sus ideas”. Y luego le entregó un
ejemplar de Conciencia peregrina, su último libro publicado.
La reina Georgina, acompañada del director y de su
equipo, recorrió las áreas de la Biblioteca, hizo preguntas a los cuidadores de
los libros y respondió inquietudes a todo aquel que quiso preguntarle.
La hija agradecida
Georgina García es graduada en administración de
empresas y piensa que desde esa carrera no solo se pueden administrar números y
negocios, también se pueden administrar los sueños, los tiempos, las ilusiones
y las posibilidades de superación de la gente. Y así piensa
llevar su carrera.
Georgina García es una hija agradecida de su tierra y
eso lo lleva con orgullo. “Voy a representar a Barahona, un pueblo bellísimo
que sueña a todas horas. Tenemos playas que no tienen nada que envidiarle a las
de ningún lugar; montañas enteras sembradas de café; unos
hermosos platanales que son orgullo de la región sur;
tenemos un ingenio azucarero que da vida a miles de familias”.
“También tenemos una gran historia y mucho talento
entre los jóvenes, que son un diamante en bruto, y tenemos algo que nos llena
de orgullo: la mina de larimar, única en el mundo. Pero lo mejor que tiene Barahona
son sus sueños y eso es lo que quiero mostrarle al país y al mundo.”
Georgina dice que quiere tener el honor de representar
a todos los hijos de su tierra, desde el encumbrado barahonero que viste de
gala hasta el humilde labriego de las montañas de Santa Elena; y desde los más
connotados funcionarios hasta el humilde hombre que empuja cada día una
carretilla de esperanza, así como a todas las abuelas y madres que ven partir a
sus muchachos en busca de una vida mejor.
Estamos en el siglo XXI y Barahona, dice la reina,
sigue siendo un pueblo olvidado, igual que todo el lejano sur. Son provincias
que también pertenecen al país y que también tienen participación en todos los
procesos de la nación, y el país debería mirar más hacia allá.
Georgina ya tiene un aire de reina y, con prudente vehemencia, sabe defender sus ideas, con palabras dulces que suenan como llovizna de enero. “Considero que una persona que ostenta una corona debería usar ese título como medio para aportar un granito de arena en diferentes labores sociales. Trabajar a favor de su comunidad, con liderazgo y entusiasmo, así como también ser un referente de buenos valores y principios.”
Y así, con Barahona en el corazón y con la República
entera en su horizonte de sus sueños, piensa llevar su corona a donde quiera
que vaya.
Por VIANCO
MARTÍNEZ
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