LOS CURAS TREPADORES SON RIDÍCULOS, UN CURA ESTÁ CERCA DE LA GENTE, AFIRMA EL PAPA FRANCISCO

CIUDAD DEL VATICANO (26 Octubre 2022).- En un coloquio con los seminaristas y sacerdotes que estudian en Roma, el Papa Francisco abordó numerosos temas: desde el estilo compasivo al ser cercanos a las personas y no trepadores, hasta la dirección espiritual; desde el uso de las nuevas tecnologías hasta el discernimiento, y desde el diálogo entre ciencia y fe, hasta el papel de la Iglesia en las guerras.

El Santo Padre mantuvo un amplio diálogo el lunes pasado, en el Aula Pablo VI de la Ciudad del Vaticano, con los seminaristas y sacerdotes que estudian en Roma. A Francisco le hicieron diez preguntas.

El buen sacerdote y el estilo de Dios

A una pregunta que le planearon acerca de la concreción de la misericordia, el Papa respondió que es necesario aprender el lenguaje de los gestos que expresan cercanía y ternura. Y esto también se aplica a la hora de pronunciar las homilías: "dejar que la expresión sea total", dijo.

“Si tú no eres humano con los gestos, la mente también se vuelve rígida y en el sermón dirás cosas abstractas que nadie entiende, y alguien tendrá la tentación de salir a fumar un cigarrillo”

Francisco habló de los tres lenguajes que revelan "la madurez de una persona: el lenguaje de la cabeza, el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos", e instó a las personas a aprender a expresarse "con estos tres lenguajes: que yo piense lo que siento y hago, que sienta lo que pienso y hago, y que haga lo que siento y pienso".

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Y entonces hay que asumir el estilo de Dios – prosiguió – que es la cercanía. Porque Dios “se hizo cercano en la encarnación de Cristo. Está cerca de nosotros". "Un buen sacerdote es cercano, compasivo y tierno" – aclaró Francisco – reiterando que el estilo de Dios "es siempre cercanía, compasión y ternura".

Mantener el contacto con el pueblo de Dios

A la pregunta de cómo vivir el sacerdocio sin perder ese olor a oveja que debe ser propio del ministerio sacerdotal, Francisco respondió que aunque uno se dedique a los estudios o al trabajo en la Curia "es importante mantener el contacto con el pueblo, con el pueblo fiel de Dios, porque ahí está la unción del pueblo de Dios: son las ovejas".

Al perder el olor de las ovejas, al distanciarse de ellas, podrá ser "un teórico, un buen teólogo, un buen filósofo, un muy buen curial que hace todas las cosas", pero habrá perdido "la capacidad de oler a las ovejas". "De hecho, tu alma ha perdido la capacidad de dejarse despertar por el olor de las ovejas" – señaló el Papa – y recomendó mantener experiencias pastorales "en una parroquia, en un hogar de niños o chicos, o en una residencia de ancianos, lo que sea", para no perder el contacto con el pueblo de Dios.

Además, Francisco reiteró lo que él llama el principio de las cuatro proximidades de los sacerdotes: la cercanía a Dios – la oración – la cercanía al obispo, la cercanía a los otros sacerdotes y la cercanía al pueblo de Dios”

El sacerdocio no es “comodismo” ni “arribismo”

El Papa habló asimismo de los sacerdotes que viven el sacerdocio como si fuera un “trabajo”, con horarios fijos, sacerdotes oficiales, que buscan la tranquilidad – “no molesten al cura, el cura está ocupado” – y una vida cómoda; el “comodismo” en definitiva. "El sacerdocio es un servicio sagrado a Dios – explicó – es el servicio del cual la Eucaristía es el grado más alto, y es un servicio a la comunidad”. A continuación, abordó el tema de los "sacerdotes escaladores", aquellos que pretenden hacer carrera, invitándolos a dejar de hacerlo:

“El escalador al final es un traidor, no es un servidor. Busca lo suyo y luego no hace nada por lo de los demás”

Francisco también les contó una anécdota sobre su abuela, una emigrante italiana en Argentina – como muchos otros italianos que se trasladaron a América y formaron una familia allí – a la que le gustaba ofrecer enseñanzas sencillas, como una "catequesis" normal.

La abuela del Papa

"La abuela nos enseñaba: 'En la vida hay que progresar', es decir, inmediatamente los ladrillos, la tierra, la casa, progresar, es decir, hacerse una posición, una familia, y nos enseñaba esto. Pero ojo, no hay que confundir progresar con escalar, porque el escalador es alguien que sube, sube, sube y cuando está arriba muestra el... ¡la abuela decía la palabra! – continuó el Pontífice – te lo muestra, es así, te lo muestra. Lo único que hacen los escaladores es hacer el ridículo. Esto me ha hecho bien en la vida".

Para un sacerdote, en cambio – prosiguió el Papa – lo importante es la comunión, la participación y la misión, el servicio a los demás, "el peligro de buscar el propio placer y la tranquilidad, es el peligro de escalar y, desgraciadamente, en la vida hay muchos arribistas".

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