BRUSELAS QUIERE FIJAR EN 60 DÓLARES EL PRECIO DEL BARRIL DEL PETRÓLEO RUSO PARA ASFIXIAR AL KREMLIN
BRUSELAS (1 Diciembre 2022).- La Comisión Europea ha propuesto a los Veintisiete fijar en 60 euros el precio máximo del barril de petróleo ruso que compran países terceros, una cifra más baja que las que se habían barajado hasta ahora con la que se pretende romper el bloqueo en las negociaciones internas para cumplir con el acuerdo alcanzado por el G7 en septiembre y luego avalado por la Unión para topar el precio del crudo que compran países terceros.
El objetivo de la medida, el mismo que el del amplio
abanico de sanciones económicas adoptadas contra Moscú: asfixiar su maquinaria
de guerra del Kremlin.
El acuerdo entra en vigor este lunes 5 de diciembre
pero ante la falta de acuerdo en las discusiones entre los embajadores de los
estados miembros a mediados de esta semana se decidió suspender las
conversaciones. Hoy se han vuelto a sentar a negociar. Fuentes diplomáticas han
confirmado a La Vanguardia que la última propuesta consiste en topar el precio
del barril de petróleo ruso en 60 dólares, ligeramente por encima del que se
paga ahora por sus principales productos.
Un
equilibrio delicado: golpear los ingresos del Kremlin sin perturbar los mercados
La UE ya adoptó en mayo un embargo parcial sobre el
combustible ruso en su mercado interior. Esta medida está pensada para influir
sobre las transacciones con países terceros y está previsto aplicarla mediante
normativas que afectan a las empresas relacionadas con este negocio, desde
compañías de transporte a aseguradoras. La propuesta inicial de la Comisión
Europea era limitar el precio a entre 70 y 65 dólares por barril, una cifra que
Polonia y otros países bálticos estimaron demasiado alta e ineficaz y
defendieron rebajarla hasta los 30 dólares, para aproximarse al coste de
producción. Mientras, países como Grecia y Malta, con intereses inmediatos en
este sector, exigían no bajar de los 65 dólares.
El acuerdo precisa la unanimidad de los Veintisiete.
En términos económicos, es un equilibrio delicado. “El petróleo es la mayor
fuente de ingresos para el presupuesto ruso, por lo que es muy importante
hacerlo bien para que realmente tenga un impacto en la capacidad de Rusia para
financiar esta guerra”, ha recordado esta semana el vicepresidente de la
Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
Para que funcione, el precio fijado debe suponer un recorte a los
ingresos del Estado ruso. Pero, a la vez, no debe ser demasiado estricto para
que no afecte a la producción y provoque una subida de precios global. En
declaraciones a Reuters, fuentes de la administración Biden, que va a aplicar
un tope de forma coordinada con la UE, se ha distanciado de las informaciones que
apuntaban a un precio entorno a los 52 dólares.
Por BEATRIZ
NAVARRO/La Vanguardia
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