SAO PAULO (29 Diciembre 2022).- Tras meses de tratamiento contra el cáncer, Edson Arantes do Nascimento, Pelé, considerado el mejor futbolista de todos los tiempos, falleció este jueves a los 82 años.
Estaba internado en el Hospital Albert Einstein, en
São Paulo, desde el 29 de noviembre y, en los últimos días, no respondía al
tratamiento.
Inicialmente identificado en el colon (una parte del
intestino grueso), el cáncer se propagó con el tiempo por todo el cuerpo y
llegó al hígado y los pulmones. Los riñones y el corazón también ya estaban
funcionando afectados.
La salud del Rey había sido motivo de preocupación
desde agosto del año pasado, cuando fue ingresado en el hospital Albert
Einstein, en São Paulo, luego de que los exámenes de rutina detectaran un tumor
en el colon. A través de sus redes sociales, Pelé negó haberse desmayado como
se había denunciado e informó que había sido internado en la unidad para
someterse a exámenes periódicos. “Estoy muy bien de salud”, decía parte del mensaje.
Días después, el 4 de septiembre, fue intervenido quirúrgicamente para
extirparle el tumor.
En diciembre, el ex atleta volvió al hospital para
continuar con el tratamiento. En sus redes, el Rey comunicó que tendría la
última sesión de quimioterapia del año, además de una nueva batería de
exámenes. Más tarde, apareció en fotos en su casa e incluso grabó un mensaje de
video destinado a Cristiano Ronaldo para un homenaje en el evento "The
Best" de la FIFA.
En enero, Pelé necesitó una nueva hospitalización para
continuar con el tratamiento del tumor de colon. Fue en esta visita que el
personal médico diagnosticó el cáncer metastásico. Es decir: con avance
generalizado.
En los últimos años, Pelé también fue operado de la
cadera, procedimientos que le dificultaban, principalmente, la movilidad. Desde
2017, al menos, recurrió a la ayuda de una silla de ruedas -y por ello evitó
presentarse en actos públicos-. En febrero de 2020, Edinho, uno de los hijos
del Rey, dijo que su padre estaba "un poco" deprimido por el
problema.
La última visita de Pelé al Einstein, el 29 de
noviembre, fue para reevaluación de quimioterapia y tratamiento de una
infección respiratoria. A diferencia de hospitalizaciones anteriores, el
exjugador no recibió el alta en unos días, lo que ya encendió una alerta en el
mundo del fútbol por la gravedad de la situación. El pasado martes, el hospital
hizo público que el Rey tenía "progresión de la enfermedad oncológica y
requiere mayores cuidados relacionados con disfunciones renales y
cardiacas".
Es difícil elegir el anuncio ideal para abrir un texto
que pretende informar que Pelé ha muerto. ¿Es correcto decir que murió el mejor
futbolista de todos los tiempos, para centrarnos en lo que mejor hizo, en
destilar su talento por los campos del mundo? ¿O mejor abarcar más, y decir que
fue el deportista más grande de la humanidad, ya que es difícil pensar en otro
deportista que haya encantado más al planeta? ¿O es correcto entender que Pelé
superó los límites del deporte, y como somos sus eternos compatriotas, anunciar
que el más grande brasileño de todos los tiempos ya no está entre nosotros?
De las dudas, la certeza de que murió a los 82 años,
víctima de las complicaciones de un cáncer de colon, alguien que parecía
inmortal.
Desde su nacimiento en Três Corações-MG, el 23 de
octubre de 1940, hasta su muerte en São Paulo, el 29 de diciembre de 2022, Pelé
hizo mucho para ganar ese aire de inmortalidad. La distancia de poco más de 300
km entre la ciudad donde nació y donde murió es corta en comparación con el
tamaño de la trayectoria de este brasileño que brilló en las cuatro esquinas
del mundo, campeón mundial con Brasil en Suecia, Chile y México, y con Santos
en Portugal y también en Maracaná, en Río de Janeiro. Las dos Libertadores se
ganaron en Buenos Aires.
En varios campos del país, seis brasileños, diez
paulistas y tres rio-são paulistas también fueron conquistados con la camiseta
del club paulista. Entre club y selección, fue máximo goleador en 18 torneos
oficiales. Los 1.282 goles de su carrera —variada, ante combinados y grandes
selecciones, pero tres de ellos en finales de Mundiales—, provocan asombro e
incomodidad en quienes insisten en argumentar que hubo alguien como Pelé. No
hubo.
Honores, órdenes, premios al mérito, récords
personales. Cargos, nombramientos, honores. La lista de todo lo que tiene Pelé
es inmensa y, aun así, resume lo que fue.
Porque los que le vieron jugar quedaron encantados de
una manera que ninguna lista -incluso en la que él está en lo más alto- es
capaz de transmitir el sentimiento, el encanto.
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