MUNDIAL DE AJEDREZ, DING LIREN RESUCITA CON UNA VICTORIA SORPRENDENTE Y EMPATA A 2-2 ANTE IAN NIEPÓMNIASHI
ASTANA (13 Abril 2023).- Los millones de admiradores de Liren Ding tienen dos poderosos motivos para recordar este 13 de abril: Gari Kaspárov, para muchos el mejor ajedrecista de la historia (número uno desde 1985 hasta su retirada, en 2005), cumplió 60 años; y su ídolo pasó de la depresión al júbilo en sólo tres días.
El chino ganó a lo grande la 4ª partida del Mundial
que disputa con el ruso Ian Niepómniashi.
No solo el fútbol es un estado de ánimo. Después de
poner sobre el tablero el debate de la salud mental en el ajedrez, el gran
maestro chino Ding Liren ha demostrado en el Mundial de Kazajistán su capacidad
de recuperación. Primero confesó que estaba deprimido y ausente. Luego jugó
como un flan y perdió con blancas la segunda partida. Muchos empezaron a cavar
su tumba de forma algo precipitada.
El ruso Ian Nepomniachtchi, al que hemos visto en
algún meme relamerse como el gato Silvestre ante Piolín, jugó este jueves
rápido e impreciso. Demostró que entre las fallas de su carácter destaca la
impulsividad. Perdió en 47 movimientos, aunque su derrota se vio venir en el
horizonte desde mucho antes, después de que Ding castigara un error táctico con
un sacrificio de material brillante y definitivo: la partida fue también una
pequeña derrota del materialismo, quién sabe si dialéctico.
El Mundial de Ajedrez recobra así la igualdad, después
de cuatro partidas. Con el carrusel de emociones vivido, la balanza se inclina
ahora del lado chino. Anish Giri, número 6 del mundo, escribió que después de
la victoria de Ding le da un 80% de probabilidades de conseguir el título. Unas
jugadas antes, el neerlandés criticaba con acidez uno de sus movimientos, que
consideraba un error estratégico obvio. Quedan diez asaltos, si nadie cae antes
por un KO más contundente.
Lo cierto es que Ding Liren ya había dado muestras de
su regreso en la anterior partida. Después de perder la segunda con blancas,
jugar la tercera con negras era como caminar por la cuerda floja. Jugó como en
sus mejores tiempos, cuando encadenó cien partidas seguidas sin conocer la
derrota, y entabló sin dificultad. Luego declaró que se encontraba mejor
gracias a sus amigos: "Ellos me han ayudado a lidiar con mis problemas
emocionales. Ahora me siento más cómodo en el escenario", dijo en rueda de
prensa.
La
diferencia entre ser y estar
El valor para afrontar las miradas no es un asunto
menor. En las primeras partidas, el chino pasaba casi más tiempo en su salita
de descanso que en el escenario de Astaná. El público asistió durante
demasiados minutos al espectáculo, impensable en cualquier otro deporte, de que
ninguno de los dos contendientes estaba presente. Las piezas seguían en el
tablero, eso sí, esperando a que aparecieran los humanos para cambiarlas de
sitio. En cuando estos ejecutaban su movimiento, regresaban a sus cubículos.
Ding se protegía del mundo y Nepo aprovechaba para comer, quizá otro de sus defectos
como deportista de élite.
Al principio del Mundial, Ding Liren estaba pero no
era él. A veces ni siquiera estaba. En unas horas hemos pasado a verlo de nuevo
con ganas, casi siempre delante de sus soldados, no como un general que da las
órdenes desde una retaguardia lejana. No es casualidad que 'men' en inglés
también signifique 'piezas'.
Si hemos aprendido algo en estas cuatro partidas, por
otro lado, es que es mejor no hacer demasiados pronósticos, aunque en el
ambiente flota la mala fama del candidato ruso después de encajar una derrota,
cuando le suele entrar la flojera. El viernes será día de descanso y ambos harán
mucho más que tumbarse en el sofá para ver la tele.
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