TREN DE VIDA: EL ESPÍRITU SANTO ES MI MAYOR ANIMADOR

Algunas personas me preguntan de vez en cuando cómo y porque mantengo este entusiasmo tan grande en todo lo que hago para el Señor después de tantos años. El secreto a voces que anima mi vida es nada más y nada menos que el mismo Espíritu Santo. Por cierto la palabra entusiasmo (entheos) etimológicamente significa “poseído por Dios”. Por eso vuelvo a ratificarme en la vital influencia del Espíritu Santo en mi experiencia personal.

Durante un tiempo he estado dando charlas sobre los diferentes estados de ánimo, tanto a líderes como a los creyentes en general. No se trata necesariamente de una clase de psicología aplicada, se trata de tener la necesaria energía emocional y espiritual para afrontar tanto los contratiempos y desafíos de la vida, como los diferentes roles que todos y cada uno de nosotros desempeñamos en nuestra vida cotidiana (como padres, esposos/as, hijos, empleados o profesionales, lideres, compañeros, amigos, ciudadanos, etc...).

Hoy como nunca antes, se está hablando, de ser resistentes a la frustración y de aprender a sobreponernos a la adversidad, pero nos encontramos con infinidad de circunstancias y situaciones que nos pueden resultar difícilmente superables. No son pocas las situaciones y personas que nos desilusionan y también ciertos desengaños que nos pueden afectar sobremanera, provocando en nosotros diferentes estados de ánimo, tales como tristeza, preocupación, angustia o incluso desesperación en los peores casos. En varias ocasiones conseguimos recuperarnos anímicamente con alguna que otra palabra de aliento de algún amigo/a o familiar o quizás de algún pastor  o consejero cualificado, pero no he conocido a nadie que me haya animado tan poderosa y eficazmente como el mismo Espíritu Santo; esta es una experiencia realmente maravillosa además de gratificante.

El Espíritu Santo conoce perfectamente los entresijos más complejos del alma humana y Él tiene una facultad única, porque es Dios mismo y actúa de formas diversas en nuestro mundo interior. Se le atribuyen al Espíritu Santo facultades de Consolador, Ayudador y Maestro, pero puedo asegurar que ante todo es un Animador por excelencia (en el sentido más noble de la palabra). Esta es una de las muchas operaciones implícitas y yo diría que hasta explicitas  del obrar del Espíritu Santo en favor del creyente que confía en El.

Puedo recordar algunos momentos muy puntuales y difíciles para mi emocionalmente y como en momentos así he podido percibir el silbo suave y apacible del Espíritu del Señor viniendo a fortalecerme anímicamente, y así es como progresivamente se fue transformando mi decaído estado de ánimo en ilusión renovada y en una sorprendente recuperación de la esperanza.

Podría decir muchas más cosas acerca de las intervenciones tan oportunas y cariñosas del Espíritu Santo animando mi vida. Pero solo quiero dejar constancia de ello para que tú, seas quien seas, te apoyes en el Espíritu Santo y le pidas a corazón abierto, el ánimo que necesitas para sobreponerte a la difícil situación que puedas estar viviendo ahora mismo o quizás vivirás mañana; y te aseguro que El vendrá en tu auxilio para socorrerte como el buen samaritano que es y sanara tu preciosa alma.

 

Por JULIO PÉREZ

 

No hay comentarios.: