Que espeso se ha vuelto todo el aire
Que cruza en esta tarde la padre Ayala
Que triste sopla la brisa desde el Nigua
Hasta el negocio de las empanadas
Que dolor atraviesa medio pueblo
Viendo volar los ángeles, con sus alas quemadas.
Que visita maldita a nuestras calles
Muerte que te has llevado tantos sueños
Tanta sangre tirada en las cunetas
Dolor que entre nosotros tienes dueño.
Siento el olor de los gritos ahogados
Entre el espeso humo de este lunes
Almas que gritan llenas de temores
Despedidas y adioses ensartados
Y este eterno sufrir que nos consume.
Dolor y desespero hay en tus calles
La gente corre loca entre el peligro
Las sirenas ahogan esos gritos
Mientras el humo ahoga los latidos
Tragedia, entre el cemento y los ladrillos.
Por JULIO CÉSAR
GARCÍA
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