ROSTROS DE LA PERSECUCIÓN: BANDA MELODY CANTANDO UN MENSAJE DE PAZ Y ESPERANZA
Aleluya, Aleluya!, se escucha en la plaza de una iglesia. Sin embargo, esto no siempre fue así. Cuando ISIS tomó Qaraqosh, esta plaza se convirtió en un campo de tiro para los extremistas islámicos. Ahora, un grupo de jóvenes creyentes cantan y dan gloria a Dios en ese mismo lugar.
En 2014, la esperanza de los cristianos que vivían en Qaraqosh quedó reducida a cenizas cuando ISIS tomó la región. En aquel momento, muchos creyentes tuvieron que dejar atrás sus hogares sin saber qué les depararía el futuro.
El grupo musical Melody, fundado por Sam, Farid y Fady, encontró su origen en aquellos tiempos difíciles, cuando estos tres jóvenes aún vivían como desplazados en Erbil.
Sam, líder de la banda, recuerda: «Empezamos a reunirnos y a tocar». La música se convirtió en un alimento para el alma, brindándoles una sensación de vitalidad una vez más.
En 2017, ISIS fue finalmente derrotado y estos jóvenes pudieron regresar a su hogar en Qaraqosh. Tras esto, Melody reclutó a algunas cantantes femeninas para ampliar el grupo. «Antes solo hacíamos música, pero añadimos el canto», comenta Sam.
En la actualidad, la banda cuenta con siete miembros.
Resulta irónico que el lugar donde ahora se reúnen para cantar sea la plaza de una de las iglesias más importantes de la región y que en el pasado fue utilizada como campo de tiro por los radicales de ISIS.
Esta circunstancia evoca el versículo de Isaías: «Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar» (Isaías 58:12).
En una ocasión, Melody tuvo la posibilidad de actuar en Mosul, la ciudad desde la que ISIS proclamó el Califato. Casi ningún cristiano regresó a Mosul tras su liberación, así que cantaron para un público mayoritariamente musulmán.
«Cuando actuamos para un público así, intentamos reorganizar el programa, pero a través de nuestro trabajo y nuestro estilo mostramos nuestra fe», indica Sam.
Hiba, una de las nuevas componentes del grupo, indica: «Dios nos ha dado este don. Debemos aprovechar nuestro talento y usar lo que Dios nos ha dado».
Para ella, es importante reconocer que lo que sucede en la vida tiene un propósito y que Dios puede usarlo todo para el bien de aquellos que le aman.
Sam añade: «Mi sueño es seguir trabajando juntos, preparando espectáculos que conmuevan a la gente y llevando la Palabra a más personas a través de nuestra música».
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