Niños jugaban en el jardín de su casa y encontraron un exclusivo Ferrari Dino enterrado
LOS ÁNGELES (6 Febrero 2024).- La policía llegó al lugar, excavaron y descubrieron un exclusivo Ferrari Dino, modelo Chairs and Flares, cuya producción fue de menos de 100 unidades.
En 1978, en Los Ángeles, California, mientras los
hijos de la familia Underwood disfrutaban en el jardín de su nueva residencia,
encontraron más que simples lombrices y bichos: ¡un Ferrari Dino enterrado bajo
tierra!
Lo primero que encontraron los pequeños fue una lona
plástica, pero al jalarla descubrieron que debajo había algo metálico parecido
a las piezas de un carro. La madre alterada por el hallazgo llamó a la policía,
pues un año antes habían encontrado el cadáver de una mujer dentro de un coche
que estaba bajo la tierra.
Al llegar la policía empezar a excavar el patio y
descubrieron un exclusivo Ferrari Dino, modelo Chairs and Flares, cuya
producción se había limitado a menos de un centenar de unidades.
Este tesoro, que inicialmente desconcertó a la
familia, pronto se convirtió en el centro de atención de la ciudad cuando se
descubrió que el lujoso automóvil había sido escondido años atrás. Pero en ese
entonces, todo el mundo se hacía la misma pregunta: ¿Cómo llegó este Ferrari a
terminar bajo tierra en el patio trasero de una casa?
Según diferentes medios internacionales, todo comenzó
cuando Rosendo Cruz, un plomero de origen hispano, intento reconquistar a su
esposa en su aniversario de bodas. Para esto, Cruz invirtió sus ahorros en la
compra de una Ferrari Dino que le costó $22,500, un gesto que esperaba que cambiara
el rumbo de su relación.
Después de mostrarle el carro fueron a una cena
romántica en uno de los restaurantes más exclusivos de la ciudad. Pero cuando
la pareja regresó a su hogar, descubrieron que el automóvil había desaparecido
misteriosamente. Aunque Cruz denunció el robo y recibió una compensación de su
aseguradora, la Dino nunca fue recuperada.
Luego de que se volviera abrir el caso del robo del
coche, descubrieron que Cruz, desesperado por obtener la indemnización, había
conspirado con sus amigos para deshacerse del vehículo, planeando hundirlo en
el océano. Sin embargo, sus cómplices cambiaron de planes y enterraron el
Ferrari para poderlo recuperar después.
Sin embargo, no tuvieron en cuenta que el terreno
baldío donde habían enterrado el carro se convertiría en una urbanización
privada. Por esta razón, El Ferrari Dino permaneció bajo tierra durante años,
envuelto en plásticos y toallas para protegerlo de la humedad.
Tras una investigación exhaustiva, la Dino fue
recuperada por la policía y pasó a ser propiedad de la aseguradora. A pesar de
los daños y el óxido, el automóvil se convirtió en un ícono en la ciudad y fue
adquirido por un mecánico local, quien lo restauró por completo y le dio un
toque final único al personalizar la placa con las palabras "Dug Up"
("Desenterrado").
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