Sobre las aguas.. . sólo Dios

El poder por lo regular resulta embriagador y quien lo ejerce suele encariñarse con él, a tal grado,que a veces pierde la sensibilidad y abandona toda humildad….

….. asumiendo ciertos matices de altivez que le transforma en un hombre o mujer, de características muy distintas a las que tenía antes de asumir el cargo de que se trate…


…. Es decir, cuando era de carne y hueso.


Pero como toda regla tiene su excepción, no siempre quien ostenta el poder, se deja arropar por completo del acostumbrado cortejo que le acompaña…


…. a veces tan adulador y lisonjero que le hace creer y pensar, que sus decisiones son inequívocas, situándose por encima del bien y del mal… 


... .tal si caminaran sobre las aguas; una especie de "horus vivo" moderno.


Por cuanto, quien ejerce el poder, debe estar revestido de la sabiduría, la cordura, la ecuanimidad y la prudencia necesarias….


…. para cumplir  con las funciones atinentes a su investidura, sean estas políticas, religiosas, empresariales, militares, gremiales o de otra índole,...


... .puesto que sus decisiones repercutirán de un lado u otro de la balanza sobre el conglomerado que dirige.


De hecho, no todos los mortales tienen el privilegio de llegar al poder, cuyo ejercicio precisa de una vocación intrínseca…


… que le configura de ese aura especial,  don de mando y el carácter de líder necesarios para provocar en los demás un delirio reverencial…


… que los convierte en súbditos, llegando en ocasiones al fanatismo y hasta cierta idolatría…


No obstante, quien ostenta el poder, se debe a todos sus gobernados…


…. no sólo a quienes mediante acuerdos o estratagemas convenidas le llevaron a él….


… Nunca debe ignorar ni obviar la disidencia, oposición o ideas contrarias a sus decisiones y ejecutorias…


…. porque un poder sin equilibrio ni contrapeso es proclive al totalitarismo con rasgos muy pronunciados de absolutismo y eso huele a peligro...


A sabiendas de que muchos solo buscan el poder, el poder y,  de paso, alimentar  su ego y sus bolsillos…


 y que otros, los menos por cierto, van tras el poder, no solo por el poder, sino, tratando de alcanzar la gloria, con su trabajo y siendo útiles  a la sociedad…


Tocará entonces, a los  gobernados elegir con sabiduría a quien  dirigirá su destino…


… para luego no tener que darse golpes de pecho  y arrepentidos  llorar como lo hizo  el profeta  Jeremías, por el desatino de su pueblo Judá…


Y es que  eso de caminar sobre las aguas, es cosa de Dios, solo de Dios, no de hombres; jamás de hombres. Así de sencillo…

…a elegir pues

Con Dios siempre, a sus pies.


Por LEONARDO CABRERA DIAZ

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