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Orlando "Peruchín" Cepeda será sepultado en Juncos, Puerto Rico, luego de una serie de homenajes de los Gigantes de San Francisco

SAN JUAN, Puerto Rico (1 Julio 2024).- Los restos del segundo inmortal boricua del béisbol, Orlando “Peruchín” Cepeda, serán sepultados en Juncos en una fecha todavía por determinar, después de una serie de homenajes que planifican los Gigantes de San Francisco en las Grandes Ligas.

Cepeda falleció el viernes en Concord, California, a sus 86 años. Fue campeón de la Serie Mundial en 1967 con los Cardenales de San Luis y el segundo puertorriqueño exaltado al Salón de la Fama del Béisbol, en Cooperstown, solo precedido por el astro carolinense Roberto Clemente.

“Tengo entendido que van a hacerle un homenaje en San Francisco. Lo van a traer porque el último deseo era que lo enterraran en Juncos con su mamá”, indicó uno de sus amigos, el dirigente Max “Mako” Oliveras, a EL VOCERO.

La información sobre el eventual traslado de su féretro a Puerto Rico fue confirmada por su viuda Elba Nydia Fernández y por los Mulos de Juncos de la Liga de Béisbol Superior Doble A.

El emblemático jugador apodado “The Baby Bull” debutó en las Grandes Ligas el 15 de abril de 1958 en uniforme de los Gigantes ante los Atléticos de Oakland. Desde entonces, disputó 17 temporadas hasta 1974 con los Gigantes, Cardenales de San Luis, Bravos de Atlanta, Atléticos, Medias Rojas de Boston y Reales de Kansas City.

Nacido en Ponce, fue el primer boricua elegido al Juego de Estrellas, acumulando a lo largo de su carrera 11 participaciones. Fue nombrado de forma unánime Novato del Año de la Liga Nacional en 1958, terminó como líder de jonrones de la Liga Nacional en 1961 con 46 y fue elegido el Mejor Bateador Designado con Boston en 1973, el año en que se estableció esta regla.

A lo largo de 17 temporadas entre 1958 y 1974, Cepeda anotó 1,131 carreras, impulsó 1,365 y se robó 142 bases. Además, conectó 417 dobles, 27 triples y 379 jonrones con un promedio de bateo de por vida de .297.

Mientras, en Puerto Rico, el legendario exjugador jugó 13 temporadas con los Cangrejeros de Santurce, acumulando promedio de .323 con 89 jonrones, 330 carreras anotadas y 340 impulsadas. Fue Jugador Más Valioso en 1958-59 y en 1961-62 y está exaltado en 17 Salones de la Fama, de acuerdo con el historiador Carlos Uriarte.

Cepeda también fue dirigente de los Mulos de Juncos –pueblo oriundo de su madre Carmen– en 1978 y 1981.

A pesar de sus ejecutorias en el terreno, que le valieron su exaltación al Salón de la Fama en Cooperstown en 1999, Oliveras recordará al fenecido exjugador como una persona con una presencia inigualable.

“Orlando era un tipo, una persona que era bien seguro en lo que hacía. Era una persona con presencia, que eso no todo el mundo lo tiene. Era una persona con un ángel y eso lo hacía una persona fuera de lo común”, recordó Oliveras.

“Fue un hermano, un gran ser humano que tuvo altas y bajas, pero fueron muchas las altas que las bajas. Se distinguió dentro y fuera del terreno. Voy a extrañar al hermano, que nos llamábamos cada dos semanas y ahora no voy a tener con quien hablar”, comentó apenado.

Por su parte, el otrora segunda base de Grandes Ligas, Carlos Baerga, también reaccionó sentido al fallecimiento de Cepeda. “Mi gente estoy muy triste. Me acabo de enterar que murió una de nuestras leyendas Orlando Cepeda. Que Dios lo tenga en la gloria”, expresó.

En tanto, el actual ‘utility’ de los Dodgers de Los Ángeles, Enrique “Kike” Hernández, compartió en sus redes sociales un arte en el que se ve sonriente a Cepeda con algunos de sus principales logros escritos alrededor. “QEPD (Que en paz descanse) la leyenda”, dijo.

Cepeda superó un episodio cardiaco en 2018, que le provocó una caída en California y una eventual coma médicamente inducida. Aunque estuvo en cuidado crítico, se recuperó y tuvo apariciones públicas desde entonces como embajador de buena voluntad y ejecutivo de los Gigantes.

 

 

Por GIOVANNY VEGA/El Vocero


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