Un exagente de la CIA es sentenciado a 30 años de prisión por agredir sexualmente a 28 mujeres
WASHINGTON (19 Septiembre 2024).- Un experimentado agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) que drogó, fotografió y agredió sexualmente a más de una veintena de mujeres mientras se encontraba en misiones en diversas partes del mundo fue sentenciado el miércoles a 30 años en una prisión federal, luego de una emotiva audiencia en la que algunas de las víctimas describieron haber sido engañadas por un hombre que parecía amable, educado y parte de una agencia “que se supone debe proteger del mal al mundo”.
Brian Jeffrey Raymond con barba grisácea y vestido con
un uniforme de prisión de color anaranjado, permaneció sentado y abatido
mientras escuchaba su sentencia tras uno de los casos más atroces de
comportamiento indebido en la historia de la agencia de inteligencia. Sus
acciones quedaron plasmadas en su colección de más de 500 fotografías, que en
algunos casos lo mostraban mientras montaba y toqueteaba los cuerpos desnudos e
inconscientes de sus víctimas.
“Se puede decir sin lugar a dudas que es un depredador
sexual”, dijo la jueza federal Colleen Kollar-Kotelly al imponer la sentencia
máxima que la fiscalía había solicitado. “Usted va a tener tiempo para pensar
en esto”.
Según la fiscalía, las agresiones sexuales de Raymond,
de 48 años, se remontan a 2006 y se extienden a lo largo de su carrera por
México, Perú y otros países, siempre con un patrón similar.
Atraía a mujeres que conocía en Tinder y en otras
aplicaciones de citas hacia el apartamento que el gobierno alquilaba para él, y
las drogaba mientras les servía vino y bocadillos. Una vez que estaban
inconscientes, pasaba horas colocando sus cuerpos desnudos en distintas poses
antes de fotografiarlas y agredirlas sexualmente. En ocasiones les abría los
párpados, y en otras colocaba sus dedos dentro de la boca de ellas.
Una por una, aproximadamente una docena de víctimas de
Raymond que fueron identificadas únicamente por números narraron ante el
tribunal cómo el experimentado espía trastocó sus vidas. Algunas señalaron que
sólo se enteraron de lo que les sucedió después de que el FBI les mostró las
fotografías en las que eran agredidas sexualmente mientras estaban
inconscientes.
“Mi cuerpo parece un cadáver sobre su cama”, dijo una
de las víctimas al hablar sobre las fotos. “Ahora tengo estas pesadillas en las
que me veo a mí misma muerta”.
Una de ellas narró haber sufrido una crisis nerviosa.
Otra habló de caer en un trance recurrente que le hacía pasarse las señales de
alto mientras conducía. Muchas contaron cómo su seguridad en sí mismas y su
capacidad para confiar en los demás quedaron destruidas para siempre.
“Espero que las consecuencias de sus actos lo
atormenten el resto de su vida”, dijo una de las mujeres, quien al igual que
las demás, miró fijamente a Raymond mientras se alejaban del estrado.
Raymond leyó una declaración preparada en la que le
dijo a la jueza que había pasado incontables horas contemplando su “caída en
espiral”.
“Traicioné todo lo que defendía y sé que ninguna
disculpa será suficiente jamás”, declaró. “No tengo palabras para describir lo
mucho que lo lamento. No soy así y, sin embargo, me convertí en esto”.
Raymond nació en San Diego, es exbecario de la Casa
Blanca y habla español y mandarín con fluidez. Se declaró culpable de cuatro de
25 cargos federales, incluido abuso sexual, coerción y transporte de material
obsceno. Como parte de su sentencia, la jueza le ordenó pagarle $10,000 dólares
a cada una de sus 28 víctimas.
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