"El estrés es el factor desencadenante de más del 90% de las enfermedades": Manuel Sans Segarra, médico cirujano
MADRID, España (10 Marzo 2025).- El estrés es una respuesta natural del organismo ante situaciones que percibe como desafiantes o amenazantes. Es un mecanismo de supervivencia que activa una serie de procesos fisiológicos diseñados para ayudarnos a reaccionar ante peligros inmediatos. A corto plazo puede ser útil; sin embargo, la realidad es que en muchas ocasiones se vuelve una condición crónica y afecta a la calidad de vida de quienes lo sufren.
En España, un 96 % de personas adultas han
experimentado estrés durante el último año. Si diferenciamos por géneros, los
datos indican que las mujeres son más propensas que los hombres a experimentar
síntomas de estrés, y, de hecho, neurológicamente pueden tener respuestas más
rápidas, largas e intensas.
A pesar de las diferencias, el estrés tiene algo en
común tanto en hombres como en mujeres: es el factor desencadenante de más del
90% de las enfermedades multifactoriales de la actualidad. Así lo ha explicado
el médico cirujano Manuel Sans Segarra, en el pódcast junto a Luis Usera.
El
estrés como desencadenante de las enfermedades
as enfermedades más frecuentes en España abarcan desde
afecciones crónicas como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes, hasta
problemas de salud mental y enfermedades respiratorias. Hay muchos factores que
condicionan la aparición de las mismas, como la genética y el estilo de vida,
pero además, según los expertos, el estrés tiene una influencia que pasa
desapercibida.
Ha sido el médico cirujano Manuel Sans Segarra quien ha
compartido el papel determinante que la mente juega en el origen de las
enfermedades. El experto ha enfatizado que la causa fundamental de las
patologías en la sociedad actual es el ego y el estrés que este genera.
écnicamente hablando, el cuerpo responde al estrés a
través del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal. Cuando percibimos una amenaza,
el hipotálamo envía señales a la hipófisis, que a su vez estimula las glándulas
suprarrenales para que liberen hormonas como el cortisol y las catecolaminas
(adrenalina y noradrenalina).
Estas sustancias preparan al organismo para reaccionar
rápidamente, aumentando la frecuencia cardíaca, la presión arterial y liberando
glucosa para proporcionar energía, "una vez han hecho su función,
desaparecen". Esta reacción es útil en situaciones puntuales, pero cuando
se prolonga en el tiempo, tiene efectos perjudiciales en distintos sistemas del
cuerpo.
Cuando una persona vive en un estado de estrés
crónico, su organismo está constantemente liberando cortisol y catecolaminas,
lo que genera múltiples trastornos en la salud. "La persistencia de
cortisol y catecolaminas provoca diferentes trastornos, como del corazón, del
colesterol o digestivos", explica Sans Segarra.
A nivel cardiovascular, el estrés crónico contribuye
al desarrollo de hipertensión, arritmias y enfermedades coronarias. La
liberación sostenida de cortisol y adrenalina mantiene elevada la presión
arterial y puede dañar las paredes de los vasos, favoreciendo la formación de
placas de ateroma que incrementan el riesgo de infartos y accidentes
cerebrovasculares.
En el sistema digestivo, el estrés puede alterar la
producción de ácido gástrico, favoreciendo la aparición de úlceras, reflujo
gastroesofágico y síndrome de intestino irritable. También puede afectar la
microbiota intestinal, lo que influye en la absorción de nutrientes y en la
regulación de procesos inflamatorios sistémicos.
El cerebro es otro de los órganos más impactados por
el estrés crónico. La exposición prolongada al cortisol afecta la plasticidad
neuronal, dificultando la memoria, el aprendizaje y la toma de decisiones.
También se asocia con la ansiedad, la depresión y la dificultad para gestionar
las emociones. En algunos casos, puede incluso contribuir a la degeneración
neuronal, aumentando el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el
Alzheimer.
Sin embargo, uno de los efectos más preocupantes del
estrés es el impacto que tiene sobre el sistema inmunológico. "Está
demostrado que un minuto de estrés intenso provoca una caída del sistema inmunitario
que dura 6 horas", indica el experto, "lo que nos predispone a
padecer infecciones, enfermedades autoinmunes y cáncer".
Esta relación entre el estrés y el debilitamiento del
sistema inmunológico explica por qué muchas de las enfermedades más frecuentes
en la sociedad actual, y aquellas que tienen mayor impacto en la mortalidad de
la población, tienen como factor desencadenante el estrés. De hecho, se estima
que más del 90% de las enfermedades multifactoriales tienen en común este
componente, indica el cirujano.
Por TANIA
CARBALLO/Elesoanol.com
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