BALTIMORE (2 Abril 2025).- Finalmente, Rafael Devers puede dar un suspiro de alivio.
Para alegría de los fieles seguidores de Boston
presentes en Camden Yards la noche del miércoles, la racha de Devers sin hits
ha llegado a su fin. También lo hizo la racha de derrotas de los Medias Rojas,
luego de que Boston se impusiera 3-0 sobre Baltimore gracias a ocho entradas
dominantes en blanco de Garrett Crochet, que acaba de firmar una extensión de
contrato con los Patirrojos.
Después de comenzar la temporada de 0-21, el
dominicano finalmente consiguió su primer hit del 2025. Llega tras un inicio históricamente
complicado: sus 15 ponches en los primeros cinco juegos marcaron un récord, al
fin y al cabo.
Devers recibió una ovación de pie mientras se paraba
en la segunda base, sacudiéndose el polvo. Acababa de conectar su primer
imparable: un doble impulsor al jardín derecho que le dio a los Medias Rojas
una ventaja de 3-0 en la quinta entrada. Luego lo seguiría con un sencillo en
el octavo inning.
“Lo disfruto mucho”, dijo Devers. "Me hace feliz
ver esa reacción, porque eso me hace ver que están prestando atención a mi
turno al bate y me están apoyando. Y eso me hace sentir muy, muy feliz”.
“Todos necesitábamos eso”, dijo el mánager Alex Cora.
"Los turnos al bate están mejorando. Sabes, el otro día negoció dos
boletos. El foul que conectó, ese me llamó la atención. Hoy puso buenos swings,
vio un pitcheo rompiente en la zona, hizo un buen swing...
“Y luego la línea que hemos estado esperando durante
cinco días, ¿verdad? Esa que fue hacia el otro lado, se quedó con el zurdo, le
dio fuerte en esa dirección, hizo un trabajo extraordinario”.
Era justo como lo habrían planeado los dioses del
béisbol. Devers, quien se había ido de 16-6 de por vida contra el abridor de
los Orioles, Zach Eflin, logró contacto en sus dos primeros turnos al bate: un
elevado en territorio de foul en la primera entrada y un rodado a la inicial en
la tercera.
Luego, llegó la quinta entrada. Devers se paró en el
plato con dos outs, Kristian Campbell en segunda base tras firmar recientemente
una extensión de contrato por ocho años, y el curazoleño Ceddanne Rafaela en
primera. Devers dejó pasar los primeros tres lanzamientos que vio — una bola,
un strike cantado y otra bola, todos arriba y afuera — antes de recibir un
pitcheo con el que podía hacer daño. Y no lo desaprovechó.
Devers haló la curva de 78.6 mph que Eflin dejó baja y
al centro, enviándola al jardín derecho a 109.5 mph de velocidad de salida.
Mientras Campbell se lanzaba hacia el plato, Devers corrió a la inicial y, al
ver que Tyler O’Neill tardaba en recuperar la bola en el jardín derecho,
aceleró hacia la intermedia, deslizándose a salvo. El alivio era tan evidente
en su rostro como entre los fanáticos que lo ovacionaron con entusiasmo.
“Fue más por los demás que por mí”, dijo Devers. “Yo
sabía que iba a llegar, pero también recibí muchos mensajes de personas
preocupadas por mí, y yo estaba bien. Así que fue más por los demás que por
mí”.
Aunque ha sido un comienzo de temporada difícil para
Devers, su confianza en sus habilidades nunca ha flaqueado. Tampoco la fe de los
Red Sox en él. Sabían que los hits llegarían; el propio mánager de Boston, el
boricua Alex Cora, lo dijo tras el primer juego de la serie el lunes. Ahora, el
enfoque está en el resto de la temporada y en los hits que aún están por venir,
con el número 1 y 2 ya en los registros.
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