Un Momento – El don de acompañar

Acompañar a quienes se sienten solos, deprimidos y tristes es una tarea de todo ser humano, pero sobre todo de quienes tenemos fe en Cristo Jesús.

No podemos ser indiferentes ante el dolor silencioso que muchos cargan en el corazón. No siempre podremos dar soluciones, pero sí podemos estar presentes.

Jesús nos enseñó a detenernos ante el dolor ajeno. Él no pasó de largo. Sigámoslo en ese camino. Acompañar es decirle al otro: “Tu vida me importa, no estás solo, Dios está contigo… y yo también”.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.

 

 

Por MONSEÑOR RAMÓN DE LA ROSA Y CARPIO


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