En una tarde cualquiera
De un caluroso día de verano
Entre sueños y quimeras,
Pasaban por mi cabeza
Remotos y triviales momentos
De gratos recuerdos,
y unos que otros aciagos
Y perdióse mi mirada a lo lejos, sin horas, sin tiempo
Y el todo era la nada,
Y la nada era el silencio
Y el silencio era mi entorno,
y el entorno era mi yo,
Y el yo, mis abismos, mis adentros.
Y de repente
Como si del cielo bajara
Porque solo del cielo podía ser
apareció ella de la nada
Hermosa, radiante
tan excelsa y tan perfecta
como hermoso refrigerio
de poemas inversos
tallado en cuerpo de mujer
Tanto fue mi impresión, que en medio de la emoción, a todo pulmón,exclamé.
¡Virgen santa, pero que abuso!
¿Que habrá inspirado al creador?
Qué tanto esmero puso
Que algo así compuso
Poniéndome en este apuro
Que siendo yo de buen hablar
En mi garganta siento un nudo
Por eso afirmar no dudo
Y de ésta forma concluyo
Al mundo con gran clamor
Ella es todo un primor,
una mujer sinigual
No temo acaso pecar
Al contemplar sus encantos.
Que se le fue la mano al Creador
Con Dios siempre, a sus pies.
Por LEONARDO CABRERA DÍAZ
El autor es locutor y periodista

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