“Todavía viene Juan….y jalla”

La política es una actividad propiciadora de ensueños y también de caídas inesperadas.

en donde quienes hoy confieren vítores y grandes aplausos a sus actores, regularmente, son los mismos que profieren los más despiadados abucheos y los empujan hacia el escarnio y al abismo

En esta actividad incursionan figuras y personalidades de renombre y éxitos en otras áreas  seducidos, casi siempre, por profesionales de la política, colocándolos como carnadas para concitar simpatías perdidas y revitalizar sus entidades partidarias ante la población.

De esta forma empresarios, artistas, deportistas, periodistas, abogados, ingenieros, comerciantes y personas de honras  bien ganadas, son blancos idóneos para los estrategas políticos cuando buscan atractivos frescos en procura del voto.

Otros califican por su buen posicionamiento económico, no importa la forma como lo hayan logrado detalle éste, que  parece no importarle a nadie aunque afirmen lo contrario,  lo importante es el efectivo.

Vivimos en un desfase, en el que no siempre quien resulta electo cuenta con la mayor simpatía entre los votantes…

Pero sus maniobras y estrategias políticas, amparadas por grandes recursos económicos y mediáticos, son sus mejores aliados para convertir la miseria y necesidades de la población en esperanzas,  y  éstas a su vez, traducirlas  en votos.

De ahí, las frustraciones que sufrimos en casi todos los aspectos, ante la escasez de funcionarios que cumplan con sus  responsabilidades  en los cargos que ocupan, sean estos electos mediante voto, o designados por quien ocupa la dirección de la cosa pública.

Es por eso que se dificultan las soluciones y no avanzamos como debiéramos, amén,  de las buenas intenciones que se enarbolan  al respecto.

La política como las guerras deja a su paso metas e   ilusiones mutiladas.

Pero también, tiene sus  beneficiarios, aquellos que la han convertido en un negocio sumamente lucrativo, lícito para toda actividad comercial.

Así observamos como  sin rubor alguno, caminan asidos de  las manos mansos,  cimarrones y una que otras cacatas,   postulando esperanzas a las ansias y necesidades de la gente.

Nada debe de extrañarnos,   porque  en política el que no corre vuela y aunque resulte difícil de creer, cada cuatro años, todavía "viene Juan y  jalla."

Con Dios siempre, a sus pies.


Por LEONARDO CABREAR DÍAZ 

No hay comentarios.: