MISANO.- Y, de repente, en una extrañísima y fatal
sucesión de acontecimientos, la ruina le sobrevino a Dani Pedrosa. El catalán,
ganador de los dos últimos Grandes Premios, ‘pole’ para la carrera de Misano,
acabó finalmente por los suelos, dejando el Mundial en bandeja a Jorge Lorenzo,
que rodó tranquilo toda la prueba en cabeza hasta hacerse con la victoria.
No iban a acabar ahí sus desgracias. Tras una salida
sin remedio alocada desde atrás, en la que remontó un puñado de posiciones,
cuando se estabilizaba en medio del grupo, aún en la primera vuelta, Héctor
Barberá le golpeó por detrás y ambos se fueron al suelo. Gestos de rabia y
reproches al valenciano, pues el Mundial se le escapaba entre los dedos, ahora que
estaba más cerca que nunca.
Tras la victoria de Lorenzo, que se marchó en
solitario, rodando con calma, sin rival a la vista, Pedrosa ya no depende de sí
mismo. El balear sería campeón haciendo segundo en los cinco Grandes Premios
que restan.
También con Cruchtlow y Abraham besando el asfalto,
los puntos de interés de la carrera se centraron en los acompañantes de Lorenzo
en el podio. Sorprendentemente, segundo, también con tranquilidad, fue
Valentino Rossi, en su tercer podio en dos años con Ducati, fruto, sin duda, de
las evoluciones que en estas últimas semanas ha experimentado su moto (que no
será el año que viene, puesto que ya ha firmado con Yamaha).
Y la pasión se fue al tercer puesto. Lo logró Álvaro
Bautista, en el mejor resultado de su vida en MotoGP (su primer podio tras tres
años en la máxima categoría), tras remontar (adelantó a Bradl y Dovizioso) y
aguantar finalmente el acoso del propio Dovizioso, al que se impuso por un
suspiro en la misma línea de meta.
Fuente
EL MUNDO
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