SANTO DOMINGO.- Para el embajador estadounidense en el país, Raúl Yzaguirre, las elecciones entre Barack Obama y Mitt Romney, serán reñidas según las encuestas, por lo que el ganador no se sabrá la misma noche del proceso cívico.
"Hemos tenido una campaña muy activa, con debates animados, y con dos candidatos que les ofrecen a los estadounidenses visiones muy diferentes del futuro", sostiene en su columna.
"Así es como debe ser. Como la mayoría de los estadounidenses, yo tengo mi candidato favorito pero, sin importar el desenlace, siento gran orgullo por este sistema democrático que continúa funcionando después de más de dos siglos".
Alternativasnoticiosas.com, deja a sus lectores el texto íntegro de la columna del embajador Yzaguirre.
El Presidente Harry S. Truman se fue a acostar la noche de las elecciones, en 1948, convencido de que no sería reelegido. Truman había trabajado duro durante todo el otoño en su reelección a la Presidencia de los Estados Unidos en contra del candidato republicano, un gobernador del noreste de nombre Thomas E. Dewey.
En su columna E Pluribus Unum, que bajo el título “Noche Electoral”, publica en el vespertino El Nacional, el diplomático afirma que tiene su candidato favorito entre Obama y Romney.
Empero no dice por cuál votaría.
"Así es como debe ser. Como la mayoría de los estadounidenses, yo tengo mi candidato favorito pero, sin importar el desenlace, siento gran orgullo por este sistema democrático que continúa funcionando después de más de dos siglos".
Alternativasnoticiosas.com, deja a sus lectores el texto íntegro de la columna del embajador Yzaguirre.
El Presidente Harry S. Truman se fue a acostar la noche de las elecciones, en 1948, convencido de que no sería reelegido. Truman había trabajado duro durante todo el otoño en su reelección a la Presidencia de los Estados Unidos en contra del candidato republicano, un gobernador del noreste de nombre Thomas E. Dewey.
En 1948 los estadounidenses parecían estar cansados del Partido Demócrata. Es más, la mayoría de los analistas sentían que el candidato republicano Dewey ganaría fácilmente y, en los últimos días de la campaña, muchos escribieron artículos que serían publicados al otro día de las elecciones donde especulaban sobre la nueva “Presidencia Dewey”.
La muy respetada foto-revista Life publicó una fotografía grande, en edición publicada antes de las elecciones, del candidato Dewey en un bote en San Francisco, California, que tituló “Nuestro próximo presidente a bordo de un ferry en la Bahía de San Francisco”. Reconocidos e influyentes columnistas, de izquierda y de derecha, escribieron artículos donde especulaban sobre las personas que podrían conforman el Gabinete de Dewey.
Hasta los jugadores estaban seguros de la victoria de Dewey; los corredores de apuestas ofrecían ventaja de 15 por 1 en contra de Truman.
De repente, en la noche de las elecciones, cuando se empezaron a recibir los resultados, algo extraño ocurrió.
El Presidente Truman empezó desde muy temprano a presentar una ligera ventaja, y parecía que la tendencia se mantenía. Los analistas radiales decían que esa tendencia no duraría, que Dewey tenía millones de votos que aún debían ser contados, y que pronto le llevaría la ventaja a su contrincante.
Los editores del Chicago Daily Tribune, sintonizados con los analistas radiales, decidieron publicar el titular que le daba la victoria a Dewey. Estaban confiados en que los primeros resultados eran una aberración.
Sin embargo, en la mañana siguiente, un triunfante Presidente Truman pudo declarar la victoria y su fotografía, con un ejemplar del Chicago Daily Tribune en la mano, donde mostraba el titular que decía “Dewey derrota a Truman”, es una de las más famosas en la historia del periodismo estadounidense.
Actualmente, en el día de las elecciones los estadounidenses se reúnen alrededor de los televisores hasta altas horas de la noche. Las elecciones se celebran el primer martes que sigue el primer lunes del mes de noviembre (fecha establecida para las elecciones presidenciales en el 1845 por el Congreso), y todos se reúnen para esperar los boletines electorales.
Normalmente los resultados finales se anuncian esa misma noche, pero ha habido excepciones. En el 1960, en el 1968 y en el 1976 el conteo de votos continuó hasta el otro día. Y en las elecciones del año 2000, entre el Gobernador George W. Bush y el Vicepresidente Al Gore, el conteo y el reconteo de los votos duró largas semanas.
Sin embargo, en el 2008, el Presidente Barack Obama derrotó al Senador John McCain por un margen lo suficientemente amplio para que la nación pudiese dormir tranquila esa noche.
Este año, si las encuestas reflejan la realidad, temo que los votantes estadounidenses tengan que permanecer despiertos un poco más tarde ya que esta contienda electoral promete ser una de las más reñidas de toda la historia de los Estados Unidos.
Hemos tenido una campaña muy activa, con debates animados, y con dos candidatos que les ofrecen a los estadounidenses visiones muy diferentes del futuro.
Así es como debe ser. Como la mayoría de los estadounidenses, yo tengo mi candidato favorito pero, sin importar el desenlace, siento gran orgullo por este sistema democrático que continúa funcionando después de más de dos siglos.
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