Figuras de la política y la economía se reúnen desde
este miércoles en la estación alpina suiza para el Foro Económico Mundial.
América Latina tiene poca representación
Este año el ambiente es más relajado que en citas
previas, pero todo el mundo es cauto sobre el futuro, atenazado por el miedo y
sin saber muy bien qué camino emprender tras la peor crisis económica en
décadas, en particular en Europa que sigue en recesión.
"Hace cinco años que empezó la crisis y todavía
no sabemos lo que debemos hacer", resumió Jamie Dimon, presidente
ejecutivo del JP Morgan Chase, empezando por la regulación del mundo de las
finanzas donde se gestó la crisis.
Con el lema "Resistencia dinámica" el foro
de este año pretende crear la conciencia de que hay que resistir para ganar,
"adaptarse a los cambios, aguantar choques repentinos y recuperarse de
ellos al mismo tiempo que se buscan nuevos objetivos".
El fundador de esta cita ineludible desde hace 43
años, el profesor de Economía suizo Klaus Schwab, le dijo a los participantes
durante la víspera, en la apertura oficial, que su "esperanza es que se
vayan de aquí con una visión que va mucho más allá de la gestión de la crisis"
como ha sido el caso en los últimos cinco años, con "una visión mucho más
dinámica y no simplemente la lucha contra la crisis".
"Si queremos ser líderes, tenemos que tener una
visión", agregó Schwab.
Ahora, el desafío es hacer que la economía vuelva a
crecer de manera estable y cree empleo, corrija las vulnerabilidades que
persisten en el sistema financiero internacional y aguante riesgos sistémicos
para evitar catástrofes mayores.
Pero además se espera que cree 600 millones de
empleos nuevos. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), este año
202 millones de personas estarán desempleadas, un absoluto récord que
representa 5,1 millones más que el año pasado y 28 millones más que antes de la
crisis. Y la sangría no se frenará en 2014, cuando se perderán otros tres
millones de puestos de trabajo.
"La incoherencia de las políticas monetarias y
fiscales ha intensificado la incertidumbre, impidiendo inversiones más
consistentes y una creación de empleos más rápida", asegura el informe de
la OIT.
Pero aunque en Davos ya se piensa más allá de la
crisis, los grandes empresarios, aunque son menos pesimistas que el año pasado,
no han recuperado el optimismo. Según un estudio de la consultora
PricewaterhouseCoopers realizado con 1.330 ejecutivos en 68 países, más de la
mitad (52%) estiman que la situación permanecerá igual, y sólo el 28% espera un
nuevo receso de la economía mundial este año, un porcentaje muy inferior al del
2012 (48 por ciento).
Pero Davos no es sólo economía. La situación en
Siria, la seguridad en Medio Oriente y la evolución en Mali también centrarán
los trabajos de la edición de este año, que contará con la presencia de los
reyes de Jordania, y numerosos presidentes y jefes de Gobierno africanos,
además de la canciller alemana Angela Merkel, el primer ministro británico
David Cameron o el presidente ruso, Dimitri Medvedev.
Poca
presencia regional
En cambio, América Latina tendrá este año un perfil
muy bajo. Sólo una mesa redonda tratará de responder a desafíos como el fomento
del crecimiento y la innovación social, el impacto del boom de los recursos
naturales o la naturaleza de la nueva clase media.
Sólo los presidentes de Costa Rica, Guatemala y
Panamá estarán presentes en Davos, además del primer ministro de Perú. Cabe
recordar que el foro coincidirá con la cumbre de la Unión Europea y la
Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), el 26 y 27 de enero
en Santiago de Chile, que será precedida por una cumbre UE-Brasil en Brasilia,
el 24 de enero.
Pero Davos también vive del glamour y la
filantropía. El Foro Económico Mundial de este año abrió el martes por la noche
con la entrega de los premios Cristal a la actriz sudafricana Charlize Theron,
el artista plástico brasileño Vik Muniz y la cineasta paquistaní Sharmeen Obaid
Chinoy, por su trabajo a favor de los más pobres.
No hay comentarios.: