NUEVA YORK.- Mariano Rivera hizo que todo un estadio
se rindiera a sus pies y lanzó impecable en su último Juego de Estrellas.
En una noche emotiva que se amoldó al libreto, el
relevista panameño sacó tres outs en fila en el octavo inning de la victoria
3-0 de la Liga Americana frente a la Nacional.
A meses de retirarse de las Grandes Ligas, Rivera,
de 43 años, acaparó las miradas en un momento conmovedor.
"Estoy encantando y he disfrutado que haya
pasado de esta manera", dijo Rivera, acompañado por su esposa Clara y sus
tres hijos varones Mariano, Jafet y Jaziel. "Si no lloré hoy, no creo que
vaya a llorar".
Jim Leyland, el piloto de la Americana, había
garantizado que el líder histórico de rescates iba a lanzar como fuese y
cumplió con su palabra al enviarlo al montículo en la parte baja del octavo
episodio con una ventaja de tres carreras.
¿Por qué no en el noveno para el rescate? Leyland
explicó no quiso tomarse riesgos en el caso que la Nacional pudiera remontar
con un rally.
"Quería asegurarme que había una ventaja lo
suficientemente cómoda para no correr ningún riesgo. No soy el mánager más
popular en Grandes Ligas, pero tenía que asegurarme de salir vivo de aquí esta
noche", dijo Leyland, soltando una carcajada.
Así las cosas, con la canción "Enter
Sandman" de la banda de rock pesado Metallica retumbando en el Citi Field,
Rivera caminó lentamente hacia el montículo del Citi Field, mientras los
jugadores de ambos equipos aplaudían de pie desde las escalinatas de las
cuevas. El hombre con el número 42 en la espalda estuvo 90 segundos exactos sin
nadie en el terreno para recibir la ovación.
Rivera retiró a los tres bateadores que enfrentó con
16 lanzamientos, todos con su recta cortada.
Fue su novena aparición en un Juego de Estrellas y
se despide sin haber permitido una sola carrera. Fue consagrado como el Jugador
Más Valioso, el primer relevista que obtiene ese galardón en la historia del
partido.
Mientras varios de los protagonistas salieron al
terreno con zapatillas de colores psicodélicos, Rivera fue fiel a su estilo
conservador, spikes de negro tradicional. Al lanzar, se convirtió en el segundo
pitcher más longevo en ver acción en Juego de Estrellas. El más viejo fue
Satchel Paige, quien tenía 47 años cuando lo hizo seis décadas atrás.
"Quería lanzar", dijo Rivera. "Fue el
plan perfecto".
Un elevado de sacrificio de José Bautista, una
roleta remolcadora de J.J. Hardy y un doble de Jason Kipnis produjeron las carreras
del triunfo de la Americana, que puso fin a una racha de tres derrotas en el
clásico de mitad de temporada. Joe Nathan se encargó de lanzar en el noveno
para anotarse el rescate en vez de Rivera.
Max Scherzer se combinó con Chris Sale, Félix
Hernández, Matt Moore y Grant Balfour para lanzar pelota de un hit en los seis
primeros innings. El solitario imparable de la Nacional en ese lapso fue un
sencillo de Carlos Beltrán con un out en la cuarta entrada.
El pitcher victorioso fue Sale, de los Medias
Blancas de Chicago, tras cubrir dos innings perfectos para la Americana, que
sumó su tercera blanqueda y primera desde la edición de 1990 en el Wrigley
Field. La Nacional ahora domina en el historia con foja de 43-39-2.
La Americana logró fabricar una carrera en el cuarto
inning ante Patrick Corbin.
Miguel Cabrera abrió el episodio con un doble entre
el bosque central-derecho, avanzó a tercera con un sencillo de Chris Davis y
anotó con el elevado de Bautista al central. La carrera cortó una racha de 17
ceros seguidos de la Americana, que se remontaba a un jonrón de Adrián González
ante Cliff Lee en Phoenix hace dos años.
La segunda anotación entró en el quinto cuando Adam
Jones inició el inning con un doble y luego cruzó el plato con la roleta de
Hardy.
En la octava, Kipnis puso el 3-0 al disparar un
doble con dos outs para remolcar desde tercera al venezolano Salvador Pérez.
Matt Harvey y Scherzer, los abridores, estuvieron
dentro de una cifra récord de 39 debutos en un partido en el que actuaron
cuatro peloteros con 21 años o menos.
El juego comenzó con un susto tremendo para los
Yanquis cuando Harvey golpeó a Robinson Canó en la pierna derecha en el segundo
turno. El segunda base tuvo que salir del partido, pero una radiografía arrojó
negativo y el diagnóstico fue de un moretón en el cuádriceps derecho.
El clásico de mitad de temporada batió un récord de
asistencia en el Citi Field de Nueva York, con 45.186 espectadores. Los Mets
fueron anfitriones del juego por primera vez desde que se disputó en el Shea
Stadium en 1964.
La Liga Nacional buscaba su cuarta victoria en fila,
luego de haber perdido los primeros siete juegos desde que se decidió que el
ganador del juego obtiene la ventaja de local en la Serie Mundial.
Por la Americana, los venezolanos Cabrera de 3-1 con
una anotada, Pérez de 1-1 con una anotada. Los dominicanos Bautista de 1-0 con
una producida, Nelson Cruz de 1-0, David Ortiz de 2-0, Edwin Encarnación de
2-0, Jhonny Peralta de 1-1.
Por la Nacional, los puertorriqueños Beltrán de 2-1,
Yadier Molina de 2-0. Los dominicanos Pedro Álvarez de 1-0, Jean Segura de 1-0,
Carlos Gómez de 1-0. El venezolano González de 2-0.
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