NUEVA YORK.- Robinson Canó dio a los Yanquis algo
que de ningún modo necesitaban este año: otro susto por una posible lesión.
El intermedista dominicano de Nueva York salió
renqueante poco después de recibir un pelotazo en la pierna derecha tras un
lanzamiento de Matt Harvey, el as de los Mets, en el primer inning del Juego de
Estrellas.
Una radiografía tomada a Canó arrojó negativo y el
quisqueyano dijo que sólo sufrió un golpe en el cuádriceps.
"El músculo está un poco rígido. Salí del juego
porque no quise que esto se agravara", explicó. "No es nada malo. Me
dijeron que es un golpe y que deberé aplicarme hielo en los próximos
días".
Con la pierna envuelta en un vendaje cerca de la
rodilla, Canó dijo que se llamó de inmedianto al kinesiólogo de los Yanquis,
Steve Donahue.
Cuando se le preguntó si aparecería el viernes en el
primer juego de una serie en Boston, Canó dijo, "sí, ojalá que sí".
El toletero, cinco veces electo para el Juego de
Estrellas, fue impactado por una recta de 96 millas por hora lanzada por
Harvey. El receptor boricua de la Liga Nacional, Yadier Molina, rodeó con un
brazo a Canó, como para evitar cualquier altercado.
Pero Canó permaneció sereno. Infló una bomba de goma
de mascar mientras los kinesiólogos lo revisaban.
Luego, avanzó a la primera base pero, tras un ponche
al venezolano Miguel Cabrera, salió cojeando del terreno con sus zapatillas de
colores brillantes.
Harvey habló con Canó cuando salía del terreno.
"Me dijo, `fue mi culpa'", relató Canó.
"Yo le dije, `no hay problema'. Él no quiso golpearme".
Harvey habló con el canal FOX y explicó lo ocurrido.
"Intenté un lanzamiento adentro, esas cosas
pasan de vez en cuando", dijo Harvey tras completar su tarea de dos
innings. "Me siento mal. Quiero darle mis disculpas".
Incluso en un juego de exhibición, las lesiones son
un riesgo. Quizás la más famosa fue la que cortó la carrera del receptor Ray Fosse
cuando fue golpeado por Pete Rose, en una jugada en el plato.
Dustin Pedroia, de los Medias Rojas, entró a correr
por Canó y permaneció en el partido.
Parece una jugarreta del destino que Canó se haya
lastimado en el clásico de mitad de temporada. Es uno de los pocos astros que
han jugado regularmente en una alineación de los Yanquis diezmada por las
lesiones de sus figuras.
Derek Jeter, Alex Rodríguez, Curtis Granderson,
Kevin Youkilis y Mark Teixeira se han perdido un gran número de encuentros en
la primera mitad de la temporada. Canó, el capitán del Derby de Jonrones
realizado la víspera, es líder del equipo, con 21 vuelacercas y 65 producidas,
además de un promedio de .302.
"Eso no me pasó por la mente", dijo Canó.
"Nunca pensé en algo malo, como en perderme algún juego de la
temporada".
Cuando los participantes del Juego de Estrellas
abandonan el encuentro, suelen vestirse y marcharse rápidamente. Pero Canó tuvo
una buena razón para quedarse.
"Quiero ver a Mariano", dijo Canó sobre su
compañero, el cerrador panameño Mariano Rivera, quien lanzó la octava entrada
de su último clásico de verano antes del retiro.
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