La policía austríaca ha cifrado en unos 10.000 los
refugiados de Oriente Próximo que se espera lleguen en las próximas horas a
Austria procedentes de Hungría. Así lo dijo Hans Peter Doskozil, jefe de la
policía del estado federado de Burgenland, fronterizo con Hungría, donde desde
primera hora de la madrugada ya han llegado unas 6.500 personas a bordo de
autobuses especiales enviados por el Gobierno húngaro. "Prácticamente
todos quieren continuar el viaje a Alemania. El viaje ulterior se les
permite", se dice en un comunicado del Ministerio del Interior austriaco
publicado en Twitter.
La policía alemana, por su parte, espera a otros
10.000 refugiados durante el día. "No tenemos cifras confirmadas aún, pero
esperamos entre 5.000 y 10.000 refugiados hoy", afirmó el portavoz de la
policía alemana, Stefan Sonntag, a Reuters. Las autoridades están coordinándose
para poder acoger a estas personas. Unas 450 personas han llegado ya al sur de
Alemania, según informa la policía, en varios trenes especiales procedentes de
Austria. Los convoyes ha llegado a la estación de Múnich, donde se espera que
lleguen más trenes.
Siguiendo sus pasos, varios cientos de refugiados
más abandonaron hoy los centros de acogida en Hungría donde se encontraban y
han emprendido una marcha hacia la frontera con Austria. Casi 200 refugiados
partieron del campo de acogida de Vámosszabadi, a unos 50 kilómetros de la
frontera con Austria. Otros cientos abandonaron Debrecen, al este de Hungría y
otros 300 refugiados dejaron el campamento de Bicske, a 40 kilómetros de
Budapest, informa Efe.
La masiva llegada se produce después de que Alemania
y Austria anunciaran que permitirán la entrada y/o el paso de los cientos de
refugiados, en su mayoría provenientes de países en conflicto, que se dirigen
desde Hungría hacia la frontera austríaca, como una medida excepcional. Así lo
informó este viernes el canciller federal de Austria, el socialdemócrata Werner
Faymann, tras haber hablado con su homólogo húngaro, Viktor Orbán.
La decisión, coordinada con la canciller alemana,
Angela Merkel, fue tomada "por la situación de necesidad en la frontera
húngara", señaló el jefe de gobierno austríaco. "Al mismo tiempo
esperamos de Hungría la disponibilidad a resolver los problemas que persisten
de acuerdo con el reparto justo de refugiados y el mecanismo para emergencia a
los que aspira la Comisión Europea, y a los que contribuimos hoy", dijo
Faymann.
A las 8.00 horas del sábado, pocas horas después de
anunciarse la decisión, llegaban a Austria 4.000 refugiados procedentes de
Hungría, donde se encontraban bloqueados desde el lunes. Los vehículos,
escoltados por la policía húngara, se pararon pocos metros antes de la frontera
y decenas de refugiados se bajaron para recibir agua y otros alimentos de la
Cruz Roja magiar. Los refugiados llevan varados desde el lunes en diferentes
puntos del país vecino.
Cruz Roja de Austria ha dicho que espera que entre
800 y 1.500 personas lleguen a su centro de acogida de refugiados de
Nickelsdorf en la frontera húngara en las próximas horas. "Tenemos una
indicación de nuestras autoridades de que podemos esperar entre 800 a 1.500
personas", dijo Thomas Horvath, portavoz de la Cruz Roja en la provincia
austríaca de Burgenland, en la frontera húngara.
"Estamos preparando camas, refugio, alimentos y
bebidas calientes para ellos, y también habrá atención médica si es
necesario."
Convencidos
para embarcar
Los primeros autobuses puestos a disposición de los
refugiados por el Gobierno húngaro llegaron al punto de la autopista húngara M1
donde se encontraban los cientos de aspirantes a asilo que partieron este
viernes a pie de Budapest.
Los refugiados -que marchaban en dirección a la frontera
con Austria, a más de 200 kilómetros de la capital húngara, y se habían
detenido para dormir- comenzaron a subir en los autocares. Al principio, los
caminantes se mostraron desconfiados, quizá por el engaño que sufrieron los
refugiados que ayer se subieron a un tren con destino supuestamente a la
frontera con Austria, pero que luego fue detenido en la localidad de Bicske con
el fin de llevar a los pasajeros a un campamento de acogida de la misma
localidad.
Después de que los chóferes lograron convencerles de
que los autobuses realmente irán a la ciudad fronteriza de Hegyeshalom, algunos
decidieron subir, y fueron luego seguidos por los demás. Los refugiados en la
autopista reaccionaron con euforia a la oferta de ser trasladados al destino
que anhelan, pues la gran mayoría quiere ir a Austria o Alemania.
La
estación de Keleti
János Lázár, ministro de Gobernación, anunció que
Budapest ofrecería a los cientos de refugiados que se encuentran en la estación
de trenes Keleti de Budapest trasladarlos hasta la frontera con Austria. Una
traslado "excepcional" y que no se repetirá, según ha advertido el
Gobierno húngaro.
Los autocares llegaron con retraso a la estación de
trenes Keleti, la principal de Budapest, porque después de un partido de fútbol
entre Hungría y Rumanía, la policía bloqueó la zona para impedir que grupos de
hinchas radicales provocaran a los refugiados. La televisión pública mostró las
imágenes de los refugiados subiendo a los vehículos.
Los refugiados están siendo trasladados en autobuses
urbanos, en los que a diferencia de los de la autopista, van hacinados para un
trayecto de más de 200 kilómetros, como constata el periodista de EL MUNDO
Alberto Di Lolli. "Si algo ha quedado claro del papel de Hungría en la
gestión de este flujo de refugiados es que no sabe. Y su ineptitud se hace
patente en el trato degradante al que se han visto sometidas todas estas
personas. Su última actuación, si algo les quedaba por sufrir a los que se
hacinaban en la estación, ha sido hacer un traslado de 200 kilómetros hasta la
frontera en autobuses urbanos, totalmente abarrotados con mujeres y niños por
el suelo y a una velocidad máxima de 50 por hora, de modo que llegarán si hay
suerte en cuatro horas", expresa el periodista.
Más de mil refugiados que acamparon durante días en
las inmediaciones de Keleti, en condiciones muy precarias, decidieron dejar de
esperar a un tren que los sacara de Hungría y emprendieron una marcha a pie
hacia la frontera con Austria, a más de 200 kilómetros de la capital húngara.
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