AGRESIVO PLAN DE PRESIDENTE BARACK OBAMA PARA ATENDER LA CRISIS FISCAL DE PUERTO RICO
WASHINGTON (22 Octubre 2015).-
El gobierno del presidente Barack Obama advertirá hoy al Congreso que
sin una amplia reestructuración de la deuda pública de Puerto Rico -incluidas
obligaciones generales protegidas por la Constitución boricua y que
implicaría la imposición de una junta federal de supervisión fiscal-,
será imposible una adecuada recuperación de la situación financiera de la Isla.
En un documento que divulgó anoche, que recoge
básicamente las iniciativas adelantadas por El Nuevo Día, la Casa Blanca
propone que el legislativo federal autorice un reajuste abarcador de la deuda,
la creación de una junta federal que supervise el cumplimiento del plan de
recuperación -"respetando la autonomía de Puerto Rico"-, mejor acceso
a fondos de Medicaid, y la plena vigencia en la Isla de los créditos
contributivos por ingresos devengados (EITC) y niños dependientes (CTC).
No obstante, al
presentar su hoja de ruta para la recuperación económica de Puerto Rico,
el gobierno de Obama vuelve a poner la responsabilidad federal de atender la
grave situación fiscal de la Isla prácticamente en las manos del Congreso, de
mayoría republicana y que ha estado reacia incluso a aprobar la inclusión de
las empresas públicas de la Isla en el capítulo 9 de la ley federal de
quiebras.
"Solo el Congreso tiene la autoridad para
proveer a Puerto Rico las herramientas necesarias para atender los retos
cercanos y promover el crecimiento a largo plazo", indicaron, en una
declaración, el secretario del Tesoro, Jacob Lew, la secretaria de Salud,
Silvia Mathews Burwell, y el director del Consejo Económico de la Casa Blanca,
Jeffrey Zients.
El plan no lo precisó anoche, pero las expectativas
de la industria de la salud en la Isla son que cuando Antonio Weiss, el
consejero senior del secretario del Tesoro, Jacob Lew, declare hoy ante el
Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado estadounidense, el gobierno
del presidente Obama respalde otorgar paridad a Puerto Rico y los territorios
en el programa de Medicaid, lo que para la Isla puede representar hasta US$3,000 millones anuales adicionales.
"El Congreso debe reformar el programa de
Medicaid para aumentar el acceso a su cubierta, elevar el nivel del cuidado
médico y prevenir la inestabilidad financiera que empeore la crisis
fiscal", se limita a indicar el documento
preparado por el Tesoro, el Departamento de Salud federal y la Casa
Blanca, y que sirve de antesala al testimonio de Weiss.
Se
acabó el dinero
En su hoja de ruta, la Casa Blanca le advierte al
Congreso que para todos los efectos prácticos, el gobierno de Puerto Rico se
quedó desde principios de año "sin dinero para financiar sus operaciones
normales" y que la insolvencia llegará
antes de que termine 2015. "Los servicios del gobierno y los pagos
de la deuda han continuado porque el gobierno ha desplegado acciones de
liquidez de emergencia que son onerosas e insostenibles", agrega.
Y establece que, con un déficit fiscal proyectado de US$28,200 millones en los próximos cinco años, la deuda es impagable y la
recuperación no puede depender únicamente de medidas de austeridad.
Ante el rechazo que los republicanos le han dado
siquiera a la posibilidad del acceso de las corporaciones públicas de la Isla
al capítulo 9 -lo que representaría reajustar solo una parte de la deuda-, el plan del Tesoro aún deja la incertidumbre
de cómo resolver a corto plazo la amenaza de insolvencia e impago de la deuda
pública que puede ser una realidad antes de que finalice el año.
Para el gobierno de Obama, como han propuesto el
gobierno de Alejandro García
Padilla y sus asesores, la alternativa
es un 'supercapítulo 9', que esté disponible solo para los territorios, subordinados al Congreso.
En cualquier proceso abarcador de reestructuración
de las obligaciones crediticias del gobierno de Puerto Rico, que la
administración García Padilla quisiera que impactara hasta US$46,000 millones de
los US$73,000 millones de deuda pública-, todavía está en discusión la
posibilidad de que el gobierno federal certifique los recaudos que haga el
Departamento de Hacienda, un mecanismo que
puede ser parte del proceso de supervisión.
La vigilancia federal, indica la Casa Blanca,
"proveerá suficientes garantías para asegurar que Puerto Rico cumple con
su plan e implanta plenamente las reformas propuestas".
"Mientras el Estado Libre Asociado ha tomado ya
acciones significativas, sus esfuerzos han sido bloqueados por un largo
historial de insuficiente supervisión fiscal y el fracaso en alcanzar las metas
de ingresos y gastos", agrega.
Medicaid
Las
expectativas de que el gobierno del presidente Obama se comprometa con la
paridad en el programa de Medicaid, han estado fundamentadas en la aceptación
que tiene lugar dentro del Departamento de Salud federal y el Tesoro, de
que los servicios médicos en la Isla van
camino a un precipicio fiscal por el agotamiento de los fondos adicionales
legislados en 2010 a través de
Obamacare.
Por medio de Obamacare, el Congreso asignó US$6,300
millones adicionales en Medicaid, que se pueden agotar antes de lo previsto, a
más tardar en 2018.
Antes de la reforma federal de salud (Obamacare), el
erario puertorriqueño aportaba el 85% de los gastos de Mi Salud. Tras
Obamacare, la responsabilidad del gobierno de Puerto Rico se redujo a 45%,
Si pudiera avanzar en el Ejecutivo y el Congreso
federal la idea de dar pleno acceso a los territorios a Medicaid -lo que ha propuesto en legislación el
comisionado Pedro Pierluisi y es tremendamente cuesta arriba bajo una
mayoría republicana en el Congreso-, la aportación del gobierno de Puerto Rico
a Mi Salud se limitaría al 17%. Sería un alivio para el gobierno de la Isla, que
ahora tiene que desembolsar de su presupuesto cerca de US$1,000 millones anuales
para Mi Salud.
Las
trabas
A los republicanos del Congreso hablarle también de
nuevas asignaciones a programas de salud mientras siga vigente Obamacare es
terreno movedizo. En por lo menos 55 ocasiones han tratado de derogar esa
legislación.
En la audiencia del 29 de septiembre del Comité de
Finanzas del Senado, su presidente, el republicano Orrin Hatch (Utah), dijo
que sin una auditoría actualizada que certifique la magnitud de la crisis fiscal, no van a
actuar.
A pesar del consenso en la Isla a favor de obtener
paridad en los programas federales de salud Medicare y Medicaid, Hatch mantuvo
entonces que asignar nuevos fondos a la Isla "no es tan simple",
porque habría que reducir el financiamiento "para otras prioridades,
aumentar impuestos o generar más deuda federal".?
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