MOISÉS ÍCONO DEL AUXILIO DE DIOS, PROCLAMA PAPA FRANCISCO EN LA CATEDRAL DE SANTA TERESA, EN YUBA, SUDÁN DEL SUR

YUBA, Sudán del Sur (4 Febrero 2023).- El encuentro del Papa en la catedral de Santa Teresa, en Yuba, con los obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y seminaristas abrió su segunda jornada en Sudán del Sur. 

Inspirándose en la figura de Moisés, que intercedió por su pueblo y actuó como puente entre Dios y el pueblo, Francisco les pidió que sean pastores misericordiosos y no líderes tribales, sino profetas de cercanía sin perseguir nunca el prestigio religioso y social.

La catedral de Santa Teresa en Yuba, cuya construcción comenzó en 1952, fue el escenario del encuentro del Papa con el clero, que comenzó con el canto y prosiguió con el testimonio de un sacerdote y de una religiosa que el Pontífice escuchó atentamente. En efecto, en su discurso a los obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y seminaristas, el Santo Padre Francisco retomó la imagen de las aguas del río Nilo, que atraviesa el país, en la que ya se había inspirado ayer al hablar a las autoridades sudsudanesas, y recorrió la historia de Moisés para recoger de él algunas indicaciones útiles para quienes están llamados a ser pastores en esta tierra:

“Moisés con el bastón en sus manos, Moisés con las manos extendidas y Moisés con las manos alzadas al cielo”

El Papa les recordó de este modo su responsabilidad de responder a la llamada de Dios a ser "instrumentos de salvación" para el pueblo, sin apartar la mirada de su sufrimiento y siendo una presencia profética en medio de su historia. Además, les dijo:

“Purificado e iluminado por el fuego divino, Moisés se convierte en instrumento de salvación para sus hermanos que sufren; la docilidad a Dios lo hace capaz de interceder por ellos. Esta es la segunda actitud de la que quisiera hablarles: la intercesión”.

Trabajar por la reconciliación y la fraternidad


Además, el Pontífice les manifestó que desde hace tiempo tenía el deseo de encontrarse con todos ellos, razón por la cual quería agradecer al Señor. Francisco también agradeció a monseñor Tombe Trille su saludo en nombre de los presentes, y recordó que algunos de ellos emplearon días de camino para estar con él. Y añadió:


Llevo siempre grabados en el corazón algunos momentos que hemos vivido antes de esta visita, como la celebración en San Pedro en el 2017, durante la cual elevamos una súplica a Dios pidiendo el don de la paz; y el retiro espiritual del 2019 con los líderes políticos, que fueron invitados para que, por medio de la oración, acogieran en sus corazones la firme resolución de trabajar por la reconciliación y la fraternidad en el país”.


Las lágrimas de un pueblo inmerso en el dolor


Desde una perspectiva bíblica, el Santo Padre los invitó a mirar nuevamente las aguas del Nilo. “Por una parte – dijo – en el lecho de este curso de agua se derraman las lágrimas de un pueblo inmerso en el sufrimiento y en el dolor, martirizado por la violencia; un pueblo que puede rezar como el salmista: ‘Junto a los ríos de Babilonia, nos sentábamos a llorar’ (Sal 137,1)”.

Moisés: icono del auxilio de Dios


“Las aguas del gran río, en efecto el llanto desgarrado de su comunidad, el grito de dolor por tantas vidas destrozadas, el drama de un pueblo que huye, la aflicción del corazón de las mujeres y el miedo impreso en los ojos de los niños”

“Pero, al mismo tiempo – continuó diciendo el Papa – las aguas del gran río nos evocan la historia de Moisés y, por eso, son signo de liberación y de salvación. Moisés, de hecho, fue salvado de las aguas y, al haber conducido a los suyos por el Mar Rojo, se convirtió en instrumento de liberación, icono del auxilio de Dios que ve la opresión de sus hijos, escucha sus gritos y baja a liberarlos (cf. Ex 3,7)”.

El Pontífice invitó a preguntarse qué significa ser ministros de Dios en una historia atravesada por la guerra y la pobreza, en la que las personas que les han sido encomendadas sufren tanto.

“¿Cómo ejercitar el ministerio en esta tierra, a lo largo de la orilla de un río bañado por tanta sangre inocente, mientras que los rostros de las personas que se nos confían están surcados por lágrimas de dolor?”

 


 

 


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