Para hablar o escribir de San Cristóbal, sin llegar a irritarse o sentir un revuelo en el estómago, habría que deshumanizarse, porque relatar o describir la situación por la que atraviesa esta población, es lo mismo que viajar del coraje a la pena.
Coraje de sentir y ver la indiferencia y esa
desgraciada apatía que como flor de sus virtudes caracteriza a sus autoridades;
a todas, sin excepción, quienes como si estuvieran anestesiados de cuerpo
entero han perdido la sensibilidad ante sus padecimientos y necesidades.
Pena, porque pena debe dar, que en lugar de darnos un
respiro, y alivianar un poco la carga,
ahora la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana,(ETED) nos sorprende a todos, con la colocación de grandes postes de madera
para las líneas de 69 mil voltios que
atravesarán todo el centro de la ciudad.
Coraje, porque coraje tiene que dar, tanta connivencia,
y esa complicidad, de nuestras autoridades, que ni siquiera haciendo un simple
aguaje, se atreven a decir esta boca es mía, en aras de explorar alguna otra
alternativa, para evitar el paso de esos cables de alta tensión por el centro
de la ciudad, por los inconvenientes de salud
y otros peligros que pudieran generar a la población.
Por eso no me canso de preguntar, ¿San Cristóbal,
carajo qué fue lo que hiciste?
Dios nos ilumine.
Por LEONARDO CABRERA DIAZ
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