Papa Francisco: "Que los sacerdotes sirvan a los pobres sin autorreferencialidad"
CIUDAD DEL VATICANO (11 Enero 2024).- En audiencia con el Papa el Instituto Secular de Sacerdotes Misioneros de la Realeza de Cristo, fundado hace 70 años por el padre Gemelli. Se donó al PontÃfice el plano del centro de formación en construcción en Burundi: llevará el nombre de monseñor Michael Courtney, nuncio apostólico que dedicó muchos esfuerzos a la pacificación nacional y murió en un atentado en 2003.
En el marco de las celebraciones por el 70 aniversario
del Instituto Secular de Sacerdotes Misioneros de la Realeza de Cristo, fundado
por el padre Agostino Gemelli, el Papa Francisco recibió en el Vaticano a una
nutrida representación de ellos. No es un instituto de religiosos, sino de
sacerdotes diocesanos que viven en distintos lugares en obediencia a su obispo,
con consagración a través de los votos de pobreza, obediencia, castidad y
apostolado, según el carisma del Instituto.
La
autorreferencialidad y la mundanidad, difusas incluso entre los sacerdotes
En el discurso que les dirigió el PontÃfice, resalta
el valor de la secularidad en la vida y en el ministerio de los presbÃteros,
precisando que secularidad no es sinónimo de laicismo. El Papa señaló que en
las últimas décadas, estos sacerdotes han experimentado sobre el terreno,
enriquecidos también por la confrontación con las hermanas y hermanos
Misioneros de la Realeza de Cristo, una identidad que hace del servicio a los
demás la expresión de la Realeza de Jesús. AsÃ, les invitó a vivir la fidelidad
a su vocación manteniendo a distancia dos tendencias "muy difundidas hoy,
incluso entre los sacerdotes: la autorreferencialidad y la mundanidad".
Francisco señaló que "ninguno de nosotros es completamente inmune a
ella", sin embargo, subrayó que "debemos reconocerla y reaccionar con
la gracia del Señor". Y añadió:
La secularidad es una dimensión de la Iglesia, llamada
a servir y testimoniar el Reino de Dios en este mundo. Y la consagración viene
a radicalizar esta dimensión, que claramente no es la única, sino que es
complementaria a la escatológica. La Iglesia, todo bautizado, está en el mundo,
es para el mundo, pero no es del mundo.
Servir,
en solidaridad con los pobres y excluidos
El carisma franciscano, encarnado en el trabajo de los
miembros del Instituto, es el de la minoridad: "Asà los forma para el
servicio humilde, disponible, fraterno -observó el Papa-, y lo hace según el
modelo de la realeza de Cristo, que consiste en servir, en donarse generosamente,
en pagar en persona, en solidaridad con los pobres y excluidos".
Realeza y minoridad: en Cristo son una sola cosa, y
San Francisco da testimonio de ello. Me gusta una expresión de su oración al
Sagrado Corazón de Jesús, donde dice: "Haz que Seamos solidarios y amigos
de la gente, apóstoles de simpatÃa y de verdad, para que el Evangelio se
convierta en el corazón del mundo". "Apóstoles de simpatÃa y de
verdad". Hermosa expresión, que repiten cada dÃa para confirmar su voto de
apostolado, convencidos de que, unidos a Cristo en el EspÃritu Santo, se es
apóstol ante todo con la propia humanidad, con esas virtudes humanas que
describe el Concilio Vaticano II: sinceridad, respeto de la justicia, fidelidad
a la palabra dada, gentileza, discreción, firmeza de ánimo, ponderación,
rectitud (cf. Decr. Optatam totius, 11).
En
Burundi, el Centro de Formación dedicado a Monseñor Courtney
Francisco se alegró también de la presencia, en la
audiencia de hoy, de un cohermano del Instituto procedente de ese continente, en
lÃnea con la tendencia de esta realidad misionera que en los últimos tiempos
está incorporando nuevos miembros, especialmente sacerdotes de Guinea, Burundi,
Ruanda y otros paÃses africanos. También está comprometida en la creación, en
Burundi, de un centro de formación que lleva el nombre de Monseñor Courtney, el
nuncio apostólico que fue asesinado allà mientras trabajaba intensamente por la
pacificación nacional. Murió en un atentado el 28 de diciembre de 2003. El Papa
recibió los planos del centro, que se construirá en Kimina, cerca de Bujumbura,
y será un lugar para la formación espiritual y el diálogo interreligioso.
Han sido necesarios tres años de trabajo sólo para
garantizar el suministro de agua, canalizando el agua de tres manantiales y
cavando un acueducto también en beneficio de la población local, porque el
lugar elegido está en la cima rocosa de una montaña a 1.000 metros sobre el
nivel del mar, con una espléndida vista del lago Tanganica, pero no tiene
manantiales. El centro servirá también de laboratorio para enseñar a la
población rural técnicas de recogida de agua de lluvia y de filtración de aguas
residuales, y funcionará con un sistema fotovoltaico de nueva generación.
Por ANTONIO
PALERMO/Vatican News
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