El Resucitado infunde esperanza en el vacío de la tristeza: Papa León XIV en la catequesis

CIUDAD DEL VATICANO (22 Octubre 2025).- En la Audiencia general del 22 de octubre, el Santo Padre al continuar con su ciclo de catequesis sobre “Jesús nuestra esperanza”, reflexionó sobre cómo la resurrección de Cristo puede curar una de las enfermedades de nuestro tiempo: la tristeza. El Papa a peregrinos españoles: “Pidamos al Señor que sepamos reconocer su presencia en el camino de nuestra vida, especialmente en los momentos de tristeza y oscuridad, y que la alegría de la Pascua sea el distintivo de nuestro compromiso misionero”.




“La alegría inesperada de los discípulos de Emaús sea para nosotros un dulce recordatorio cuando el camino se hace difícil. Es el Resucitado quien cambia radicalmente la perspectiva, infundiendo la esperanza que llena el vacío de la tristeza”, lo dijo el Papa León XIV en la audiencia general de este miércoles, 22 de octubre, continuando con su ciclo de catequesis sobre la persona de Jesús nuestra esperanza, en esta ocasión reflexionando sobre una de las enfermedades de nuestro tiempo, la tristeza, a la luz de la resurrección de Jesucristo.

La resurrección de Jesucristo nunca termina de ser contemplado

A los miles de files y peregrinos que se congregaron en la Plaza de San Pedro para la Audiencia general, el Santo Padre les dijo que, “la resurrección de Jesucristo es un acontecimiento que nunca termina de ser contemplado y meditado, y cuanto más se profundiza en él, más nos quedamos llenos de asombro, atraídos como por una luz deslumbrante y al mismo tiempo fascinante”.

“Fue una explosión de vida y alegría que cambió el sentido de toda la realidad, de negativo a positivo; sin embargo, no ocurrió de manera espectacular, y mucho menos violenta, sino de forma suave, oculta, podríamos decir humilde”.

La tristeza una enfermedad invasiva y generalizada

Y es precisamente a la luz de la resurrección que el Obispo de Roma les propuso reflexionar sobre cómo la resurrección de Cristo puede curar una de las enfermedades de nuestro tiempo que acompaña los días de muchas personas, una enfermedad invasiva y generalizada: la tristeza.

“Se trata de un sentimiento de precariedad, a veces de profunda desesperación, que invade el espacio interior y parece prevalecer sobre cualquier impulso de alegría”.

 

 

Por RENATO MARTINEZ/Vatican News

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